115 llantos de felicidad

El eco de la restitución de Guido Montoya Carlotto aún resuena en el primer piso de la sede de Abuelas de Plaza de Mayo. Apenas 17 días atrás, Estela de Carlotto comunicaba la aparición de su nieto, del hijo de Laura, lo que conmovió a la sociedad. Ayer, la presidenta de la asociación de Derechos Humanos informó con la misma “inmensa felicidad” una nueva restitución, la 115º, la de Ana Libertad, hija de Héctor Carlos Baratti y de Elena De la Cuadra. Se trata de la nieta de Alicia ‘Licha’ Zubasnabar de De la Cuadra, una de las fundadoras de Abuelas y primera presidenta de la asociación, quien falleció en junio de 2008 sin poder abrazarla. La lucha de Alicia no fue en vano.
Ana Libertad nació en cautiverio el 16 de junio de 1977 en la comisaría 5ta de La Plata. Fue arrancada de los brazos de su madre por el terrorismo de estado y entregada a un matrimonio “civil”. Su apropiador falleció. Actualmente, Ana tiene 37, está casada y reside en Europa. Luego de la filtración del nombre de crianza del último nieto apropiado, que brindó la jueza que instruye la causa, Abuelas decidió no brindar ningún dato sobre el país en el que vive la nueva nieta restituida y resguardar a la nieta recuperada. “No hace mucho que vive allí”, deslizó Carlotto ante la consulta de los periodistas.
Ana, quien se enteró el jueves de la noticia, estaba anotada como hija biológica del matrimonio que la apropió. Cuando se enteró del proceso judicial que estaba en ciernes y que quien figura como su hermana se había realizado un examen de ADN, voluntariamente decidió realizarse un estudio genético.
“Ella estaba ansiosa por conocer su identidad”, contó la presidenta de Abuelas. “Repercutió en el país en que vive el encuentro de Guido. Y también la alentó a preguntar por su propia identidad, cosa que fue rápidamente respondida, felizmente”, explicó Estela. Y comparó con el proceso que transitó su nieto hasta reencontrarse con su verdadera identidad: “En este caso también hubo una voluntad propia de buscar y querer encontrar (una respuesta). Eso facilita mucho lo que resta: el encuentro con su historia”.
Ana ya dio los primeros pasos en ese sentido: ya se contactó con sus tías Estela y Soledad De la Cuadra, dos de las hijas de Licha. “Hay disposición de conocerse. Se va a poner muy contenta cuando vea qué clase de familia biológica tiene”, destacó Carlotto.
EL CASO. Ana Libertad comenzó acercarse sin saberlo a su verdadera identidad en el 2010 cuando las Abuelas y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) recibieron un mail anónimo con una denuncia concreta sobre la posibilidad de que la joven pudiera ser hija de desaparecidos. El 26 de febrero del año pasado, tras una investigación documental, el caso fue remitido por la Conadi a la Unidad Fiscal Especializada en Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado. Se trata del primer caso investigado por esta dependencia que finaliza con la restitución de identidad de una nieta (ver aparte). “Esta Unidad realizó una investigación preliminar que en agosto de 2013 fue enviada a un juzgado federal, solicitando la extracción de sangre de la joven. Al enterarse de la existencia de una causa judicial, la joven llamó a Abuelas para realizarse voluntariamente el análisis genético”, relató Carlotto en la conferencia de prensa.