A 10 años del debut de Messi

El 16 de octubre del 2004 hizo su presentación en el Culé. Su infancia en Rosario, su tratamiento hormonal y la posibilidad de jugar en River fueron algunos factores que pudieron cambiar su carrera.

Los 21 títulos con el Barcelona, la Medalla de Oro en Pekín, su participación en los mundiales de Alemania, Sudáfrica y Brasil, la consagración con el Sub -20 y sus cuatro Balones de Oro son fruto de un camino que se inició hace diez años, pero antes de su debut en el equipo catalán, Lionel Messi intentó consolidarse en el fútbol argentino.

A los 9 años, la «Pulga» ya se perfilaba para crack, pero un déficit de hormonas del crecimiento amenazó con destruir su carrera. El endocrinólogo, Diego Schwarzstein, fue quien le detectó el problema y se lo comunicó a él y a su familia. «Leo asumió el tratamiento y el diagnóstico con total tranquilidad. Nunca le vi asustado ni preocupado» recordó el profesional a El Confidencial, aunque el alto precio del mismo significó un costo muy elevado para sus padres.

Sus humildes raíces cosechadas en Rosario obligaron a Jorge Messi a apostar por uno de los «clubes modelos» que tiene el país: River Plate. Si bien su amor por Newell’s se mantuvo intacto, la negativa de la entidad «leprosa» de hacerse cargo del tratamiento de su hijo, llevó a que Buenos Aires sea la tierra prometida.

Pero la imagen idealizada de la gran ciudad se hundió notablemente cuando en Núñez también se negaron a abrirle la puerta. A los 13, «Leo» seguía manteniendo una estatura muy inferior a la media, y a pesar de haber brillado en las pruebas que comandaba Eduardo Abrahamian, la Comisión Directiva del club, a cargo de David Pintado, rechazó el pedido que había hecho el papá de la joya por el fichaje del futuro jugador: casa y trabajo.

El misterio del destino provocó que en uno de esos partidos, en los que Lionel buscaba asombrar a los directivos «millonarios», Gonzalo Higuaín sea parte de la delantera evaluada. Casi una década después, ambos se enfrentarían en la Liga de España y compartirían la Selección en diversas competiciones.

A pesar de las adversidades, la insistencia de un padre que confiaba en el don de su hijo evitó que el planeta se prive de uno de los mejores futbolistas de la historia. En octubre del 2000, el director deportivo del Barcelona, que se encontraba en el Club Tenis Pempeia, tomó una lapicera y una servilleta y escribió: «Yo, Charly Rexach, en presencia de Horacio Gaggioli -representante de la empresa Marka y que actuó en nombre de la familia Messi- y Josep Maria Minguella -presidente de la entidad donde se encontraban-, me comprometo a la contratación de Lionel Messi en las condiciones pactadas y a pesar de la contra interna que existe en el club».

En la Masía nació el Messias. El Barcelona se hizo cargo de los 900 dólares mensuales que costaba el tratamiento del rosarino y cuatro años más tarde, cuando la estrella tenía 17, debutó oficialmente, convirtiéndose en el profesional más joven en vestir la camiseta catalana. El primero de los innumerables récords que batió en la institución española. La decisión del entrenador Frank Rijkaard fue el puntapié inicial de una carrera que todavía sigue brillando a base de sus goles.

La vigencia de la «Pulga» le permite al Barça mantenerse en el primer plano del fútbol internacional e ilusiona a los argentinos con la ansiada conquista de la Copa del Mundo. Hace unos meses se le escapó por muy poco. Tal vez sea Rusia el lugar donde cumpla la única cuenta que tiene pendiente.