Analizarán manchas de sangre en la ropa del padrastro del acusado

El fiscal regional con jurisdicción en la localidad santafesina de Rufino, Alejandro Sinópoli, confirmó hoy el hallazgo que realizaron peritos de la policía local y dijo que, de confirmarse que sean de sangre, deberá «hacerse un cotejo de ADN» con la sangre de Chiara.

«En una habitación donde pernoctaría la pareja de la mamá de este chico se encontraron prendas y calzados con lo que parecerían muestras de sangre», relató hoy el fiscal regional en declaraciones al canal TN.

El hallazgo contribuye a fortalecer la hipótesis de los responsables de la investigación, quienes creen que el joven de 16 años que confesó ser el autor material del homicidio y del entierro del cadáver de la adolescente, «no actúa solo» en el crimen.

«El menor, a criterio mío, ha falseado la declaración. Fue coherente en todo, pero en lo más importante, que es cómo es la mecánica de golpes, se contrapone con las pruebas médico forenses», aseguró Sinópoli, y añadió: «Si él se autoincrimina con lujo de detalles, ¿qué lo lleva a falsear la verdad (respecto) al modo en que la golpea? Está ocultando la intervención de otra persona».

En ese sentido, los pesquisas están seguros de que en el momento del homicidio estaban presentes en la vivienda «los abuelos, la mamá y la pareja de la mamá» del imputado, todos detenidos por el caso.

Pese a que se presume que todos estuvieron al tanto de lo que ocurría, Sinópoli dijo hoy que el fiscal de Rufino a cargo del caso, Mauricio Clavero, sólo va a mantener la imputación «de la mamá y el padrastro como coautores o partícipes del homicidio» y no va a acusar a los abuelos por no encontrar elementos en su contra.

Finalmente, con respecto al móvil del crimen, el fiscal regional manifestó que el embarazo de ocho semanas que cursaba Chiara «pudo ser un motivo», aunque hasta el momento no se descartaban otras posibilidades.

Chiara era buscada desde la madrugada del domingo y su cadáver fue hallado casi 20 horas más tarde por perros rastreadores enterrado en el patio de la casa de su novio, quien fue entregado a la Justicia por su padre que es policía.

Chiara cursaba un embarazo de ocho semanas al momento de ser asesinada a golpes en la cara y la cabeza y luego ser enterrada, según determinó la autopsia.

El joven declaró ante el juez de Menores de la localidad santafesina de Venado Tuerto, Javier Prado, y reconoció haber sido el autor del hecho, aunque la hipótesis que investiga el Ministerio Público de la Acusación es que el adolescente debió contar con ayuda de algunos de sus allegados para cavar el pozo y enterrar a Chiara en el fondo de la casa familiar, ubicada en San Martín al 800 de Rufino.