La diputada laborista británica Jo Cox murió luego de ser atacada por un hombre que le disparó y la apuñaló varias veces en su distrito en el norte de Inglaterra, en un ataque que sumió al Reino Unido en el estupor y provocó la suspensión de los actos de campaña por el referéndum sobre la Unión Europea (UE).

El primer ministro británico, David Cameron, calificó la muerte de Cox, de 41 años, de «tragedia», luego de suspender un discurso que tenía previsto dar en Gibraltar al conocer la noticia del ataque.

«La muerte de Jo Cox es una tragedia. Fue una diputada comprometida y dedicada. Mis pensamientos están con su marido, Brendan, y sus dos pequeños hijos», señaló Cameron en un tuit, antes de emprender regreso al Reino Unido.

El marido de la diputada, Brenadn Cox, llamó al Reino Unido a «unirse para luchar contra el odio que la mató».

Cox, diputada por la circunscripción de Batley y Spen, en el norte de Inglaterra, quedó tirada ensangrentada en luego de sufrir el ataque, que ocurrió cuando se preparaba para mantener una reunión con vecinos, informó la cadena de noticias BBC, que citó a testigos.

Un hombre de 77 años también sufrió heridas leves en un ataque subsecuente cerca del lugar donde tuvo lugar el primero contra la diputada, dijo Dee Collins, la jefa de policía de West Yorkshire, el condado donde queda Batley y Spen.

En rueda de prensa, Collins dijo que un hombre de 52 años fue detenido en los alrededores del lugar en relación con el ataque, y dijo que no se buscaba a más sospechosos.

Una foto publicada por BBC mostró a dos policías reduciendo en el piso sobre la calle a un hombre vestido con pantalones y zapatos negros y una remera gris. Un hilo de sangre que parece salir de la manos derecha del hombre corre sobre la calle.
La cadena BBC dijo que el hombre fue identificado por fuentes locales como Tommy Mair.

Collins señaló que que la policía encontró armas en el lugar donde fue arrestado el hombre y que había una amplia investigación en curso para entender qué sucedió.

La ministra del Interior británica, Theresa May, dijo que aún se desconocían las motivaciones y detalles del ataque y que no haría más declaraciones hasta que se establezcan.

El líder laborista, Jeremy Corbyn, dijo que su país estaba «en shock por este crimen horroroso» y recordó a Cox como una «muy querida colega».

«Jo murió cumpliendo con su deber público en el corazón de nuestra democracia, escuchando y representando a la gente para cuyo servicio fue electa», agregó.

Los actos de violencia contra los políticos son raros en el Reino Unido, y también lo son los ataques con armas de fuego.
Las campañas que defienden abandonar o permanecer en el Reino Unido en el referéndum del próximo 23 de junio suspendieron sus actividades al conocerse el ataque contra Cox.

Los dos campos rivales estaban embarcados en un frenético final de campaña antes de la consulta, y Cox apoyaba la permanencia en el bloque de 28 naciones, como Cameron y Corbyn.

No quedó claro si el ataque estuvo vinculado al referéndum.

La diputada fue electa por primera vez en 2015 y antes había trabajado para la organización humanitaria internacional Oxfam. Era una conocida activista a favor de la causa de los palestinos, los refugiados en general y los sirios en particular y defendía la convivencia con la minoría musulmana del Reino Unido.

Un testigo llamado Graeme Howard, de 38 años, dijo al diario The Guardian que el atacante gritó «Primero Gran Bretaña» antes de los disparos y durante la detención.

Esta consigna es el lema de un grupo homónimo que propone limitar la inmigración en las islas británicas.

Desde su sitio web, la organización Britain First rápidamente salió a aclarar que no estaba involucrada y que «nunca alentarían comportamientos de este tipo».

Este movimiento «leal a la reina y al país», como se definen, pertenece a la ultraderecha nacionalista que cree que Reino Unido «está dominado por una minoría izquierdista» y son acérrimos opositores a la inmigración porque consideran que su país está «superpoblado».

Un testigo, identificado como Clarke Rothwell, escuchó un «ruido de chasquido que sonó como una explosión del globo, un fuerte globo», dijo a BBC.

«Cuando me di vuelta, vi parado a un hombre de unos 50 años, con una gorra de béisbol blanca y una campera que sostenía un arma, un arma de aspecto antiguo», recordó.

«Le disparó a esta mujer una vez y luego otra, se cayó al suelo, se inclinó sobre ella y le volvió a disparar otra vez en la cara. Alguien lo quiso sujetar, forcejeó con él hasta que sacó un cuchillo, parecía un cuchillo de caza, y la atacó con el cuchillo media docena de veces. La gente estaba gritando y salía corriendo de esa zona», contó Rothwell estremecido.

Otro testigo presencial, llamado Hithem Ben Abdallah, que justo estaba sentado tomando un café narró a los medios cómo un hombre estaba «tratando de controlar» a otro, que llevaba «una gorra blanca de béisbol» y que «de pronto sacó una pistola de su bolsa».

Dijo que después de que un transeúnte intervino, el atacante extrajo un arma, dio un paso atrás y le disparó dos veces.
Tras un breve forcejeo entre ambos, el primer hombre se retiró y la diputada se vio involucrada en el incidente, que duró entre 15 y 20 minutos, según Abdallah.

«Había un tipo muy valiente y otro con una gorra de beisbol blanca, al que estaba intentando controlar, el segundo de repente sacó un arma de su bolso».

Después de un breve forcejeo, «el hombre dio un paso atrás y la diputada se involucró», contó Abdallah, que indicó que el arma parecía «estar hecha a mano».

«El hombre dio un paso atrás con el arma y disparó, luego hizo un segundo disparo y mientras disparaba seguía mirando hacia el suelo. La pateaba mientras ella yacía en el suelo», relató a la BBC.

Un helicóptero trasladó a la víctima a un hospital de Leeds desde el lugar donde se produjo el ataque, cerca de la biblioteca de la localidad de Birstall, donde celebraba un acto para dialogar con votantes de la zona.

El primer ministro británico, David Cameron, se mostró «muy preocupado por las informaciones sobre Jo Cox, que ha sido herida. Nuestros pensamientos y plegarias están con Jo y su familia», dijo el político conservador mediante un mensaje en Twitter.

La diputada, madre de dos hijos, está casada con Brendan Cox, un antiguo ejecutivo de la organización Save the Children y asesor de Gordon Brown, ex primer ministro.

Brendan Cox dijo en un tuit que su mujer «creía en un mundo mejor» y llamó a luchar contra el odio que la mató.
«Hoy es el comienzo de un nuevo capítulo en nuestras vidas, más difícil, más dolorosa, menos alegre, menos llena de amor», dijo.
«El odio no tiene raza, ni credo, ni religión. El odio es venenoso», señaló.

Brown, por su parte, dijo en un comunicado que era «un día devastador» para todo el país.

En las últimas dos décadas, otros dos parlamentarios británicos fueron atacados durante los encuentros que éstos suelen mantener regularmente con los votantes de su circunscripciones para escuchar sus preocupaciones y quejas, como el que iba a sostener hoy Cox.

Un diputado laborista fue apuñalado en el estómago y herido en mayo de 2010 por una estudiante que se había radicalizado escuchando sermones de un predicador afín a de la red islamista Al Qaeda.

En 2000, el diputado Liberal Demócrata Nigel Jones y su asesor Andrew Pennington fueron atacados por un hombre con una espada durante una de esas reuniones. Pennington murió y Jones resultó herido en el ataque, ocurrido en Cheltenham, Inglaterra.
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