El Consejo de Seguridad aprobó investigar ataques químicos en Siria

Aprobó por unanimidad una resolución que permite investigar una serie de denuncias sobre nuevos ataques con sustancias químicas perpetradas en el marco del conflicto sirio.

Los 15 miembros del máximo órgano de decisiones de la ONU aprobaron un texto que pide al secretario general, Ban Ki-moon, y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) crear una misión de investigación conjunta sobre esos ataques.

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El secretario general y la OPAQ deben enviar antes de 20 días sus recomendaciones para el establecimiento de esa misión de expertos, que tendrá un mandato de, por lo menos, un año.

Los miembros del Consejo acordaron, además, que la misión conjunta presente un primer informe sobre sus trabajos en los primeros 90 días de funcionamiento y que «cada 30 días» informe de los progresos realizados, informó la agencia de noticias EFE.

También hicieron un llamado a todas las partes en el conflicto -estos son: el gobierno y un amplio arco de grupos islamistas rebeldes que combaten entre sí y contra el gobierno- a «cooperar plenamente» con la misión de investigación y a exhortar al resto de los Estados a «colaborar» y entregar toda la información que puedan tener sobre los ataques.

La embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, celebró la aprobación de la resolución y recordó que pese a los anteriores esfuerzos hechos para poner fin al uso de armas químicas en Siria «los ataques han continuado».

Por su parte, el embajador ruso, Vitaly Churkin, confió en que la misión de investigación sea «imparcial y profesional» para encontrar a los responsables del uso de cloro como arma y que sea de carácter «preventivo».

El embajador francés, Francois Delattre, destacó que esta resolución «permite recuperar la unidad en el Consejo» porque, según dijo, la comunidad internacional no puede permanecer «en silencio» mientras continúan los ataques.

En agosto 2013, un ataque químico en el barrio Guta, un suburbio Damasco, se cobró la vida de más de 1.400 personas y dejó a otras 3.000 heridas.

La autoría del ataque es objeto de una intensa controversia a nivel internacional entre aliados y oponentes de los bandos en conflicto, con gobiernos occidentales aduciendo la necesidad de intervenir militarmente en el país para castigar al gobierno sirio, al que acusan de perpetrar la matanza.

Poco después -el 14 de septiembre de 2013- y ante la fuerte presión internacional, Siria firmó su desarme y asumió el compromiso de destruir sistemáticamente todo su arsenal de armas químicas, que cumplió en varias etapas, todas bajo supervisión internacional.