El Gobierno reconoce que fue un error haber prometido la eliminación de Ganancias

Una alta fuente del Gobierno confirmó a Infobae que el presidente Mauricio Macri tenía pensado vetar el proyecto de Sergio Massa sobre el Impuesto a las Ganancias que iba a tratarse mañana, como así también el de Emergencia Ocupacional sancionado por el Senado. Las diferencias entre la iniciativa del Frente Renovador y el pensamiento de la Casa Rosada sobre el tema queda plasmada en otra definición oficial clave: que fue una equivocación haber anunciado su eliminación en la campaña electoral.

«El clima de la campaña y especialmente la presidencial del año pasado subía la vara todo el tiempo. Se prometió de todo. Y haber hecho lo de Ganancias fue un error», explicó una voz oficial.

A un año de la victoria electoral, el gobierno nacional ha modificado sustancialmente su pensamiento y opinión sobre el Impuesto a las Ganancias.

Ya no se trata de un gravamen distorsivo para los trabajadores. Todo lo contrario. «Analizando todos los impuestos que tiene el Estado, puede ser uno de los más importantes. Pero hay que modificarlo todo», se escucha por los pasillos de Balcarce 50 en lo que hoy es más una iniciativa hacia el futuro que un proyecto concreto para enviar al Congreso.

En la idea del Gobierno, el Impuestos a las Ganancias debiera cambiar su concepto y nombre: «Debiera llamarse Impuesto al Ingreso, convertirse en uno de los impuestos clave del sistema tributario y rearmarse en forma completa para que los argentinos de mayores recursos paguen mucho más que los que menos tienen».

Cerca del Presidente también se quejan de la repercusión periodística que tienen cualquier modificación del impuesto: «Afecta a una porción muy pequeña de trabajadores, cuyos ingresos no son precisamente los más bajos, sino todo lo contrario. Sin embargo cualquier debate al respecto tiene una enorme cobertura mediática, cuando la mayor parte de los trabajadores no está involucrado en la discusión por que nos los afecta».

Las históricas cuentas que al respecto planteaba Axel Kicillof era que la discusión sobre el mínimo no imponible y la «cuarta categoría», o sea el limite a partir del cual un trabajador debe pagar el impuesto, afecta a poco más de un millón de trabajadores de un total de 11 millones y medio. Menos del 10% del empleo en blanco.

El argumento del Gobierno para vetar y no apoyar en el Congreso es que, según sus cálculos, la iniciativa de Massa tendría para el Estado un costo cercano a los 100.000 millones de pesos. «Antes que eso, el Presidente la vetará sin dudar», explicó la fuente.

El Impuesto a las Ganancias –nacido en la década del 30 y con el nombre original de «Impuesto a los Réditos»- es el tercer tributo en importancia detrás del IVA y de los aportes patronales. Su crecimiento en los últimos años ha sido exponencial –pasó de recaudar en 2006 en el capítulo «personas físicas» 9.900 millones de pesos a 111.000 millones en el 2014– y a diferencia del IVA, que depende el nivel de consumo, de la actividad de la economía y de los aportes patronales que muchas empresas postergan o evaden directamente, va atado a los salarios.

Se transformó en un impuesto polémico para los trabajadores desde la célebre «Tablita de Machinea» que estableció en el año 2000 un sistema de alícuotas que van del 9% al 35% y que nunca se modificó, provocando un serrucho en las escalas salariales. Y luego se convirtió en una verdadera pesadilla para el más de millón de trabajadores en blanco que lo pagan al no actualizar los montos y quedar desactualizados contra el aumento crónico de la inflación de la última década.

«En general todos los candidatos hablan mal de este impuesto, pero cuando llegan al poder y ven los números terminan convirtiéndose en sus fervientes defensores. Es de rápida recaudación, sobre todo en épocas de crisis y de déficit fiscal. Nació como una medida para paliar el déficit fiscal del gobierno de (José Félix) Uriburu en 1932 y se quedó para siempre», explicaba un ex secretario de Hacienda la historia de este controvertido impuesto.