El papa Francisco no corre riesgo

No hay amenazas o riesgos específicos para el Papa en su próximo viaje de menos de 24 horas a Tirana, Albania, del domingo próximo, en donde, como siempre, se trasladará en un papamóvil abierto.

Lo afirmó ayer el padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, en una conferencia de prensa centrada en el cuarto viaje internacional de Francisco -después de Brasil, Tierra Santa y Corea del Sur-, que será el primero en un país europeo donde la mayoría de la población es musulmana.

«Todos estamos preocupados por [los jihadistas de] Estado Islámico y lo que pasa en Medio Oriente, pero si me preguntan si hay amenazas específicas [al Papa] y medidas especiales, la respuesta es no. Vamos tranquilos a Tirana», dijo Lombardi. El vocero destacó que el Papa, en uno de los traslados que hará en la capital de Albania, usará el mismo jeep abierto que suele usar los miércoles durante las audiencias generales en la Plaza San Pedro.

«Como sabemos, él desea que no haya obstáculos en su encuentro con la gente», explicó Lombardi. «Hay atención a los problemas, pero no hay ningún motivo particular de preocupación o ningún cambio de programa», insistió, ante una pregunta.

Invitado por el gobierno y por la Iglesia Católica local, Francisco visitará Albania para homenajear a la pequeña minoría católica (15% de la población), que sufrió una brutal persecución durante las casi cuatro décadas de régimen comunista de Enver Hoxha, que convirtió a Albania en el primer Estado ateo del mundo, por Constitución. El Papa también viaja para alentar el clima de convivencia interreligiosa que hay entre las diversas confesiones del país, en un mensaje que sirve también para otras partes del mundo, destacó Lombardi.

El 27 de agosto pasado, en el marco de la alerta lanzada por los servicios secretos italianos e israelíes sobre posibles atentados contra Francisco de parte de grupos fundamentalistas islámicos, el Corriere della Sera escribió que el gobierno y los servicios secretos albaneses habían señalado su temor por la integridad del Pontífice durante la visita a su país, por la presencia de un gran grupo de kosovares que abrazaron la causa del fundamentalismo islámico.

«Los jihadistas siempre tuvieron como objetivo final llegar a Roma. Pero si Roma viene a Tirana, aunque sea por pocas horas, el objetivo se vuelve más fácil», habrían advertido fuentes de inteligencia del pequeño Estado en el sudeste europeo.

Pese a los temores, luego de una cumbre en el Vaticano en la que se analizó la situación -también sobre la base de los informes del nuncio en Tirana-, Francisco, para nada impresionado, decidió confirmar su viaje.

«Ésta es su tarea», le habría dicho el Papa a Domenico Giani, director de la Gendarmería vaticana y máximo responsable de su seguridad.