El primer microhogar para albergados del Instituto Jorba de Funes

La idea es brindar una alternativa terapéutica y social distinta que mejore la calidad de vida de ocho personas.

El primer microhogar para albergados del Instituto Jorba de Funes ya cuenta con los primeros integrantes que de acuerdo a sus capacidades autoválidas fueron trasladadas a este nuevo hogar para posibilitar una mejor calidad de vida. Se trata de seis personas, dos varones y cuatro mujeres, y está previsto que a la brevedad se incorpore una mujer y un varón más.

El inmueble está ubicado en Videla Castillo 2634 de Ciudad y cuenta con tres habitaciones, tres baños, un salón de usos múltiples y un patio y allí se albergará a ocho personas.

Esta tarea de adaptación comenzó hace tres meses y está relacionada con la nueva mirada que plantea el paradigma de la discapacidad y de los derechos humanos. El objetivo es pasar de modelo centrado en el individuo aislado de su contexto por otro que ubica a la persona con discapacidad desde un marco más inclusivo y que tiene como eje central la familia y la comunidad.

El ministro de Desarrollo Social y Derechos Humanos, Cristian Bassin, sostuvo al respecto: “La importancia de esto es que respondemos a un nuevo paradigma en cuanto a discapacidad. Que habla de los microhogares, es decir menor cantidad de pacientes y personas en un hogar con un clima familiar. Un clima de mayor contención, de una atención particularizada, que las personas con discapacidad puedan ser abordadas por los profesionales terapéuticos en una dimensión más chica”.

Por su parte, el director provincial de Discapacidad, Adrián Cuello, indicó que en la actualidad ya “hay viviendo 6 personas y esperamos que sean 8 en total, porque la idea es presentar una propuesta terapéutica individualizada y bajo un nuevo paradigma con una visión abierta y comunitaria”.

El funcionario manifestó que los integrantes del grupo que está hoy en la casa son quienes están más independizados, es decir son mayormente autoválidos.

Asimismo, la coordinadora del Instituto Concepción Jorba de Funes, Silvia Rodríguez, expresó que Los familiares los visitan todas las semanas y cada quince días, los alojados van al Instituto Jorba de Funes para realizarse sus controles médicos y psiquiátricos, aunque en la casa se los controla diariamente. Hay dos personas por turno que se encargan de acompañarlos además del personal de cocina y limpieza.

La coordinadora indicó además que entre las actividades que realizan, en principio, uno de ellos se está capacitando para incluirse en un taller protegido, donde elaboran las cajitas para las viandas de las empresas de transporte, y se les paga por esta tarea. También participan de un taller de pintura. Algunos de ellos asisten a un Centro de Día, tienen taller de música y otros hacen caminatas.