El Riachuelo mejoró

Hoy se cumplen seis años del fallo histórico en el que la Corte Suprema de Justicia determinara que la Nación, la Provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma y 44 empresas son las responsables del saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo. La demanda había sido iniciada en julio del año 2004 por un grupo de 17 vecinos de Villa Inflamable, en la localidad bonaerense de Avellaneda, encabezado por Beatriz Silvia Mendoza, que reclamaba la recomposición del medio ambiente y la creación de un fondo para financiar la limpieza del Riachuelo.

En 2006, antes del fallo del máximo tribunal, el gobierno de Néstor Kirchner creó la Autoridad de Cuenca Matanza-Riachuelo (ACUMAR), a la que suscribieron la Provincia y la Ciudad. Dos años más tarde, la Corte obligó a ACUMAR a llevar adelante un programa para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la zona, miles de los cuales ya han sido relocalizados, además de recomponer el ambiente en agua, aire y suelo y prevenir más daños. La demanda se amplió entonces hacia los 14 municipios bonaerenses por los que se extiende la cuenca.

«Comparado con lo que era hace seis años, el Riachuelo mejoró, pero todavía falta mucho. Son 200 años o más de contaminación. Es imposible resolverlo más rápido. Y no vamos a cometer el error de dar tiempos que son imprecisos», advierte en diálogo con Tiempo Argentino el ingeniero Jorge Calzoni, presidente ejecutivo de ACUMAR y rector de la Universidad Nacional de Avellaneda.

–¿En qué instancia se encuentra el proceso de saneamiento de la cuenca?
–Después del fallo de la Corte, se creó el Programa Integral de Saneamiento (PISA), que se va cumpliendo con distintos grados de avance. No somos genios. Una de las acciones que requiere el PISA tiene que ver con el Camino de Sirga. Del lado de la Provincia, ya está abierto casi en un 97%, pero del lado de la Ciudad de Buenos Aires falta más porque todavía hay que relocalizar 1200 familias de la Villa 21 y la 24. Para eso hay que hacer viviendas, y el gran problema es la tierra. Estamos por llegar a un acuerdo con el gobierno de la Ciudad para que puedan comprar terrenos para relocalizar a la gente. Del lado de la Provincia resta un tramo cortito en Lanús, pasando Puente Alsina.

–¿Qué más faltaría?
–En el tema de cloacas, estamos con algunos proyectos importantes que ya están en el esquema de la ingeniería en detalle: el colector cloalcal de la margen izquierda, la planta de tratamiento de Dock Sud y el caño emisario que pasa por debajo del Río de la Plata y que desagua a once kilómetros con el agua ya tratada. Con estas obras resolvemos gran parte del problema del Riachuelo, que es la cloaca.

–¿Cuándo calculan ustedes que va a estar saneado?
–Para terminar estas obras, faltan cinco años. Hay tres factores fundamentales de contaminación: la cloaca, las industrias y los residuos. Sobre las industrias se ha avanzado bastante, pero falta. Estamos en un proceso de cambio de la cuenca: ya no se toma en cuenta la división política, sino la cuenca hidrográfica, que tiene que ver con los desagües pluviales que desembocan en el Riachuelo. Entonces, estamos rearmando toda la problemática industrial. Hay muchas industrias que controlábamos nosotros y que ahora quedan a cargo de cada jurisdicción. Este año hicimos una inspección en cada una de las industrias de la cuenca. Estamos logrando llegar a todas y proponemos un monitoreo del espejo de agua.

–¿Qué analizan?
–Analizamos la calidad del agua. Se van tomando muestras y después se comparan. Se mide por distintos indicadores químicos. En el Riachuelo hay carencia total de oxígeno, pero en algunos tramos empieza a mejorar. Ocurre que la cuenca está dividida en tres: baja, media y alta. En la alta están municipios como Las Heras, Marcos Paz, Cañuelas, que tienen un componente rural importante. Ahí no es tan problemática la industria, pero contaminan las descargas de ciertos productos de la ganadería. Estamos haciendo un análisis diferenciado. En la media, que incluye La Matanza, por ejemplo, hay un componente industrial importante, pero también rural. La baja es básicamente industrial.

–Al comienzo faltaba consenso con el gobierno porteño. ¿Ahora ya trabajan coordinados?
–Sí. Estamos tratando de trabajar en conjunto. Ellos entendieron que eso es fundamental. A veces todavía cuesta, pero estamos mejor.

–¿Cómo puede colaborar el ciudadano común con el saneamiento del Riachuelo?
–Estamos trabajando en un esquema que nos permita mejorar de manera integral. Eso incluye los Ecopuntos, donde se trata la basura y se recicla. Trataremos de llegar al 100%, pero eso depende del comportamiento cultural de la sociedad. Hay municipios, como Morón y Avellaneda, que están trabajando muy bien esta materia. Queremos fortalecerlos y potenciar esto en cada distrito. «

Un juez apartado

En noviembre de 2012, la Corte Suprema resolvió separar de la causa al juez Luis Armella, titular del Juzgado Federal de Primera Instancia de Quilmes. Por su parte, el gobierno nacional denunció al juez penalmente y pidió al Consejo de la Magistratura que impulse su juicio político por «mal desempeño de sus funciones», debido a las irregularidades detectadas en las contrataciones de las obras de saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo.

Armella había sido designado por el máximo tribunal en julio de 2008 como responsable de la ejecución de la sentencia en la causa Mendoza, pero luego se denunciaron irregularidades en la obtención de contratos millonarios sin licitación por parte de empresas vinculadas al juez, en el marco del plan integral de saneamiento ambiental. La Auditoría General de la Nación elaboró un informe sobre las contrataciones y allí ratificó las irregularidades.