Estados Unidos anunciará el envío de tropas a Irak

La Casa Blanca anunciará hoy el envío de al menos 450 efectivos adicionales a ese país para abrir una nueva base militar, después de que la caída de Ramadi zanjó un debate interno en el gobierno sobre si la campaña contra el Estado Islámico debía enfocarse o no en tomar Mosul en 2015.

El ejecutivo estadounidense sigue resistiendo las presiones para que envíe soldados a combatir, y prefiere mantener los bombardeos aéreos. La nueva base permitirá entrenar mayor cantidad de voluntarios nativos para enfrentar al EI. La localización de la base buscará incorporar, mayormente, integrantes de tribus sunnitas.

Los nuevos efectivos se concentrarán en el entrenamiento de combatientes sunnitas del ejército iraquí, en lo que la fuente citada por el Times definió como «una adecuación para tratar de darle el entrenamiento correcto a la gente correcta».

La nueva base estará localizada en Al Taqqadum, un cuartel iraquí cercano a la localidad de Hasbaniya, precisamente en esa provincia de alta densidad de población sunnita que fue uno de los últimos bastiones a los que se aferró Saddam Hussein para resistir a la invasión internacional liderada por Washington en 2003.

Posteriormente, Al Anbar, centro de numerosas tribus iraquíes, fue uno de los focos insurgentes de resistencia tanto contra el gobierno de ocupación como contra los gobernantes de mayoría chiíta durante la violencia religiosa que azotó el país antes y después de la retirada de las tropas de la coalición invasora.

El debate interno en Estados Unidos se centró en si la campaña contra el EI debía enfocarse o no en tomar Mosul en 2015, informó el New York Times antes del anuncio oficial.

Funcionarios citados por el Times y el Wall Street Journal explicaron que a partir de ahora Ramadi, la capital de la provincia iraquí de Al Anbar, será el centro de una larga campaña. Mosul, a la que ya no se espera tomar antes de 2016, se mantiene como objetivo mayor.

Durante el debate, el Comando Central estadounidense, liderado por el general Lloyd J. Austin III, deseaba avanzar sobre Mosul, y dependía de los esfuerzos que debía realizar la tropa local iraquí, que a juicio del Times se movió con excesiva lentitud.

Funcionarios iraquíes consideraban que el cronograma de operaciones no era realista. El anuncio que el Comando Central estadounidense hizo en febrero pasado de que durante la primavera boreal (otoño en Argentina) se lanzaría un asalto sobre Mosul, al centro-norte del país, provocó airadas reacciones en Bagdad.

La caída de Ramadi en manos del Estado Islámico el 17 de mayo, que sorprendió a Bagdad, convenció al ejecutivo estadounidense (que oscilaba entre esta táctica o lanzarse sobre Mosul) de la necesidad de enviar más tropas, en carácter de entrenadores, para ayudar al ejército iraquí en una nueva base militar.

Ya antes, funcionarios del Departamento de Estado señalaban que la provincia de Al Anbar tenía la mayor importancia estratégica y geopolítica. Las discrepancias con el Comando Central se hicieron públicas en abril pasado con una declaración del general Martin E. Dempsey, que negó que Ramadi tuviera importancia en el futuro de Irak.

Pero cuando el EI tomó Ramadi en mayo quedó en claro que el grupo yihadista no estaba a la defensiva en torno a Mosul, sino a la ofensiva, y forzó al gobierno iraquí a improvisar un plan que le permitiera retomar la ciudad, a solo 70 kilómetros de Bagdad.

La última vez que EEUU aumentó el número de tropas en Irak fue en noviembre pasado, cuando Obama decretó el envío de 1.500 nuevos soldados, lo que situó la cifra total de personal militar estadounidense desplegado en el país asiático en 3.080, recordó hoy la agencia de noticias EFE.

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la escalada de violencia registrada en Al Ramadi en los días previos a su toma por parte del EI forzó la huida de más de 133.000 personas.

Por su parte, las fuerzas de seguridad iraquíes y la milicia chiíta Multitud Popular avanzan ahora hacia Al Ramadi desde tres ejes, una estrategia pensada para cortar las líneas de abastecimiento del EI en la ciudad.