Europa le da un respiro a Grecia

La eurozona aprobó hoy iniciar conversaciones con Grecia para otorgarle un nuevo «rescate» financiero y el BCE decidió aumentar su asistencia crediticia, a un día de que el Parlamento aprobara un duro ajuste exigido por los acreedores.

En Atenas, en tanto, el primer ministro griego, Alexis Tspras, pugnaba hoy por restablecer la estabilidad en su gobierno luego de dos renuncias y una fuerte rebelión en su partido Syriza en contra del nuevo ajuste, en medio de versiones de inminentes dimisiones adicionales y de una forzosa reestructuración de su gabinete.

En una rápida recompensa, horas después de la votación de anoche en el Parlamento griego, los ministros de Finanzas de la zona euro dieron luz verde al inicio de negociaciones con Grecia para conceder al país su tercer rescate financiero desde 2010, en virtud de un entendimiento preliminar alcanzado esta semana.

Además, el foro de ministros, o Eurogrupo, llegó a un acuerdo de principio para desembolsar 7.000 millones de euros de ayuda urgente para Grecia de un fondo de rescate europeo que permita a Atenas hacer frente a sus compromisos inminentes, aunque la decisión final depende de otros países que no integran el euro.

«El Eurogrupo da la bienvenida a la adopción, por el Parlamento griego, de todos los compromisos especificados en el comunicado de la Euro Cumbre», en alusión a la maratónica reunión del domingo pasado en la que Tsipras y los otros líderes de la zona euro acordaron las condiciones del nuevo rescate.

En tanto, el presidente del BCE, Mario Draghi, anunció que la entidad incrementará una vital línea de crédito para los bancos griegos, que están cerrados desde hace tres semanas con corralito incluido, y expresó su apoyo a llamados del FMI a favor de un alivio de deuda para Grecia, algo a lo que se opone Alemania.

El mecanismo de Provisión Urgente de Liquidez (ELA, por sus siglas en inglés) del BCE -que ha mantenido a flote a los bancos y, por extensión a la economía griega- había sido congelado en 89.000 millones de euros desde junio pasado, pero Dragui dijo que será aumentado en 900 millones de euros.

La noticia impactó positivamente en los mercados europeos, donde las bolsas terminaron con alzas.

Una tormenta dentro de su partido de izquierda Syriza, así como violentas protestas en las calles, fue el precio que tuvo que pagar Tsipras para que el Parlamento aprobara ayer la suba del IVA, una reforma laboral y otra jubilatoria y un inédito proceso de privatizaciones exigida por la eurozona para negociar el rescate.

Pero el Eurogrupo, que preside el ministro de Finanzas holandés, Jeroen Dijsselbloem, se mostró alentado por el resultado de la votación en Grecia, informó la agencia de noticias EFE.
Las autoridades griegas «han implementado la primera tanda de cuatro medidas a tiempo y de manera satisfactoria», dijo el foro de ministros en un comunicado.

La Comisión Europea (CE), el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE) y uno de los acreedores de Grecia, también celebró el «importante paso» dado por los diputados griegos.

El vicepresidente de la Comisión Europea para el Euro, Valdis Dombrovskis, dijo por su parte que el Eurogrupo también llegó a un principio de acuerdo sobre un crédito puente de 7.000 millones de euros por tres meses a través de un fondo especial europeo para que Grecia cumpla con sus obligaciones más inminentes.

El Reino Unido y la República Checa se han resistido al uso de este fondo MEEF, que se nutre del presupuesto de la UE y que ya se utilizó en los rescates de Portugal e Irlanda, pero Dombrovskis dijo que, en el caso de que Atenas no devuelva el dinero, las pérdidas sean solo asumidas por la eurozona.

La decisión final será tratada mañana en una teleconferencia de los viceministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea, tras lo que se espera que sea aprobada por un procedimiento escrito.

Atenas debe pagar el próximo lunes 3.500 millones de euros y unos 700 millones más de intereses al BCE, y de incumplir caería en default de manera automática. Grecia está sometida a un control de capitales desde el pasado 29 de junio, en la víspera de que expirara el segundo rescate europeo y Atenas incumpliera un pago de 1.500 millones de euros al FMI, con el que está en «mora».

En Frankfurt, el BCE hizo su parte al incrementar los créditos de emergencia para Grecia, aunque, hablando estrictamente, esta financiación sólo está disponible sólo para bancos solventes, una condición que, tratándose de bancos griegos, pocos cumplirían.

Sin embargo, Draghi dijo que, ahora que las negociaciones del rescate avanzan, estaban dadas las circunstancias para reforzar el ELA.

En Grecia, fuentes bancarias dijeron que las entidades reabrirán sus puertas el próximo lunes, pero agregaron que la mayor parte de las medidas de control de capital -sólo se pueden sacar 60 euros diarios- continuarán vigentes, informó la agencia de noticias alemana DPA.

Draghi también dijo que Grecia necesitará un alivio de su deuda, que llega al 180% de su PBI y que es considerada inmanejable para un país de su tamaño y capacidad de generación de riqueza.

El FMI causó ayer una tempestad al publicar un explosivo informe en el que criticó el acuerdo de la eurozona con Grecia y dijo que los acreedores están subestimando el nivel de endeudamiento griego.

Sin embargo, Alemania insistió en que una quita de deuda clásica no es una opción.

«Una auténtica quita de deuda es irreconciliable con la membresía de la unión monetaria», dijo el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, en declaraciones a la radio pública alemana Deutschlandfunk.

En Atenas, 39 diputados de Syriza se negaron a votar con el gobierno a favor del ajuste en la tumultuosa sesión de anoche, incluyendo al ex ministro de Finanzas Yanis Varoufakis, quien votó en contra.

E incluso el actual ministro de Finanzas, Euclidis Tsakalotos, dijo que su decisión de votar a favor el ajuste lo «abrumará» toda la vida.

Para hoy se esperaba que Tsipras anunciara una remodelación del gobierno, sustituyendo a un ministro y dos ministros adjuntos que votaron en contra, pero después de una reunión con su equipo de colaboradores más estrechos, el premier optó por no emprenderla, al menos de momento, dijeron funcionarios a EFE.