Fein y Arroyo Salgado estarán frente a frente

El futuro de la investigación judicial por la muerte dudosa del fiscal Alberto Nisman está en manos de tres mujeres: su ex pareja y jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, empeñada desde la querella en el desplazamiento de la causa de la fiscal Viviana Fein en disconformidad con los resultados de la pesquisa, y la jueza de instrucción Fabiana Palmaghini, quien deberá resolver si acepta la recusación.

La audiencia en la que se definirá cómo sigue la causa se hará pasado mañana, martes, a las 10 en el despacho que la jueza de instrucción criminal 25 tiene en el quinto piso del Palacio de Tribunales, donde fiscal y querellante se verán finalmente cara a cara.

En cercanías de Palmaghini se anticipó que será una reunión «reservada» y aun no es claro si podrá participar el abogado Maximiliano Rusconi, defensor del único imputado de la causa, Diego Lagomarsino, proveedor del arma que mató a Nisman.

Arroyo Salgado recusó finalmente a Fein por su supuesta falta de imparcialidad, argumentando que había designado como perito oficial a un criminólogo que públicamente había adherido a la hipótesis del suicidio, Enrique Prueger, al que también había recusado previamente.

Fein saltó el obstáculo reemplazándolo con la División Homicidios de la Policía Federal, que entiende igualmente capacitada para analizar la posible mecánica de los hechos ocurridos el 18 de enero pasado, cuando el cuerpo de Nisman fue hallado con un balazo en la cabeza en el baño de su departamento de Puerto Madero sin signos de resistencia.

Anteriormente, la madre de las hijas de Nisman también había pedido y logrado la suspensión de la junta médica que debía realizarse la semana pasada, convocada para que los peritos forenses oficiales y de las partes debatieran y saldaran sus diferencias sobre las diferentes lecturas de la autopsia.

Además de criticar formalidades en la convocatoria, Arroyo Salgado objetó la anunciada presencia del decano del Cuerpo Médico Forense, Roberto Luis María Godoy -quien presenció la autopsia por pedido del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti- aduciendo que su especialidad es la psiquiatría y no la tanatología, aunque su rol solo fuera de coordinador de los médicos presentes.

Serán los temas en disputa que deberá resolver en los próximos días Palmaghini, pero paso a paso y empezando por si le quita la investigación a Fein, quien rechazó la recusación y la elevó junto a las otras cuestiones.

La fiscal se cuidó de no hacer públicos los términos de su rechazo por los medios aunque ya declaró estar muy enojada con las «faltas de respeto» de la jueza de San Isidro.

«Yo también soy magistrada», recordó.

La tensión entre Arroyo Salgado y Fein fue in crescendo en las últimas semanas luego de que la madre de las hijas de Nisman acusó a la fiscal de orientar la pesquisa sólo hacia un suicidio y de contribuir a la denostación de la figura del fallecido fiscal de la causa Amia por haber citado a testimoniar a algunas de las modelos que lo acompañaron en sus viajes, para conocer su estado de ánimo.

Esta le replicó acusándola de estar bloqueando sistemáticamente su investigación al oponerse a diferentes pericias, primero las informáticas aduciendo que podrían vulnerar la privacidad del muerto y luego la médica, además de no haberle expresado sus reparos personalmente y de difundirlos por los medios.

Fein conduce la investigación desde hace casi 80 días y aun no caratuló de manera definitiva la causa, pese a que los sucesivos peritajes técnicos revelaron que el fiscal estaba lúcido al momento de su deceso, sin drogas capaces de doblegar su voluntad y que además de carecer de lesiones defensivas en su cuerpo, las ropas, las uñas, el armas y el proyectil no había otro ADN que el del propio Nisman.

Este cúmulo de comprobaciones, y los informes planimétricos de la policía científica en el lugar del hallazgo se sumaron a la principal conclusión de la autopsia realizada por el tanatológo Héctor Di Salvo: la ausencia de terceras personas al momento de la muerte.

Por el contrario, cuando varios de estos estudios aun estaban en curso, Arroyo Salgado sostuvo en conferencia de prensa, el 5 de marzo, que la muerte de Nisman había sido un asesinato, al que calificó de «magnicidio de magnitud institucional».

Basada en el informe de sus peritos, también dijo que el cuerpo había sido movido tras recibir un disparo de rodillas, y objetó la hora de muerte establecida en la autopsia.

Así puso en la mira al informático Lagomarisno, quien de acuerdo a esas conclusiones estaba con Nisman al momento del deceso.

Por su parte, Fein ya citó a los expertos para una nueva inspección ocular del departamento de Nisman para el 13 de abril, como si nada hubiera ocurrido o en señal de confianza de que no podrá ser apartada de la investigación.

Si la causa terminara caratulada como un homicidio, como pretende Arroyo Salgado, la principal consecuencia sería su pase al fuero federal, al que pertenece la jueza querellante.