Fuerte aumento de la inmigración en el Reino Unido, según la ONS

La inmigración neta al Reino Unido aumentó hasta 330.000 personas desde marzo de 2014 a marzo último, lo que representa un incremento del 39,8% respecto al mismo periodo del año anterior y el registro más alto desde junio de 2005, informó hoy la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).

Poco después de conocerse esta cifra, el líder del xenófobo Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), Nigel Farage, denunció que el Reino Unido se volvió «un país sin fronteras» e instó al gobierno conservador de David Cameron a «volver a tomar el control».

«Estas cifras muestran la impotencia del gobierno británico y la falta de fronteras en el Reino Unido. Si esto no forma parte de la negociación de David Cameron con la Unión Europea (UE), no creo que ésta tenga ningún sentido», aseguró Farage ante la prensa, aprovechando el clima nacionalista que está provocando la actual crisis de refugiados en varios países de Europa.

Según la ONS, la inmigración neta -la diferencia entre los ciudadanos que llegan y los que se marchan- se coloca muy por encima del objetivo del gobierno de situarla en 100.000 personas al año.

La inmigración neta de ciudadanos de la UE registró un incremento significativo en ese periodo al situarse en 183.000 personas, 53.000 más que en el período de marzo de 2013 a marzo de 2014.

Mientras que la inmigración neta de los que provienen de países que no son de la UE subió en 39.000 personas y se situó en 196.000 en los doce meses registrados, agregó la ONS.

De acuerdo con la Oficina de Estadísticas, fue particularmente significativo el aumento del ingreso de ciudadanos búlgaros y rumanos, después de que el año pasado se levantasen las restricciones sobre el ingreso de estos ciudadanos al Reino Unido, informó la agencia de noticias EFE.

Así, 53.000 búlgaros y rumanos entraron al país en los doce meses comprendidos hasta fines de marzo de 2015, frente a los 28.000 registrados en el mismo periodo del año anterior, añadió la fuente, cuya credibilidad fue duramente cuestionada por el líder de extrema derecha y declarado eurófobo, Farage.

El informe de la ONS también destacó que el 61% de los ciudadanos de la UE que entraron al Reino Unido tenían prometido un empleo, mientras que el 39% restante entraron con la intención de buscar un puesto de trabajo.

Al mismo tiempo, la agencia británica informó que el Reino Unido atendió 25.771 solicitudes de asilo entre junio de 2014 a junio pasado, un aumento del 10% con respecto al periodo anterior.

No obstante, la fuente puntualizó que esa cifra está muy por debajo de las tramitadas en 2002, con 84.132 solicitudes.

El mayor número de peticiones de asilo procedió de Eritrea (3.568), Pakistán (2.302) y Siria (2.204).

El viceministro de Inmigración británico, James Brokenshire, calificó las cifras divulgadas hoy de «decepcionantes» por tratarse del quinto trimestre consecutivo de aumento de la inmigración.

Poco después de su victoria en las elecciones generales del pasado 7 de mayo, Cameron, prometió aplicar fuertes medidas para reducir la inmigración.

Su gobierno conservador tiene previsto presentar en el Parlamento antes de que termine el año un proyecto de ley para combatir la inmigración ilegal, con medidas como la confiscación de los salarios de los refugiados e inmigrantes que estén en situación irregular.

Estos extranjeros sin papeles en regla afrontan también la posibilidad de ser condenados a penas de hasta seis meses de cárcel, mientras que se obligará a los dueños de restaurantes, bares u hoteles a verificar la situación legal de las personas que contratan a fin de asegurar que cumplen con todas las leyes migratorias.

El tema de los inmigrantes volvió a ganar la atención del país a partir del importante flujo de refugiados que intentan llegar a Europa desde el norte de África y Turquía, la mayoría de ellos después de escapar de guerras civiles, conflictos sectarios o religiosos, o de una cruenta represión estatal.

Uno de las escenas más explícitas de esta crisis de refugiados se vivió en los últimos meses en la entrada francesa del euro túnel que cruza el Canal de la Mancha y une al Reino Unido con el continente europeo.

Al menos nueve refugiados ya murieron intentando entrar al túnel y llegar a suelo británico.

Hasta el momento la única respuesta que coordinaron Francia y Reino Unido es inyectar millones de euros y desplegar más policías para reforzar la seguridad en Calais, la localidad gala donde se encuentra la termina de entrada al túnel, y frenar el ingreso de miles de refugiados.