Japón lucha para salvar a dos rehenes

Contra reloj, el gobierno de Japón lucha por la vida de los dos rehenescapturados por Estado Islámico (EI), después de que se cumpliera el plazo estipulado por el grupo jihadista y mientras circulan rumores de su ejecución.

El país vivió ayer y anteayer intensos momentos antes de que finalizara, a primera hora ayer, el plazo de 72 horas para pagar 200 millones de dólares a cambio de la vida de los rehenes. Desde entonces, el gobierno de Shinzo Abe continuó con los esfuerzos, a pesar de no haber recibido ninguna comunicación de EI.

Medios cercanos al grupo jihadista esparcieron, sin embargo, la versión de que los rehenes habían sido ejecutados, según pudo constatar el portal Site, que monitorea noticias sobre el jihadismo. La versión todavía no fue confirmada.

«Hemos recibido todo tipo de informaciones, pero no hemos sido capaces de confirmar en qué estado se encuentran los rehenes», aseguró el vocero del gobierno japonés, Yoshihide Suga.

Por su parte, los extremistas habían difundido el martes un video en el que Kenji Goto, un periodista free lance de 47 años, y Haruna Yukawa, un empresario del sector de defensa de 42 años, aparecían arrodillados en el desierto y custodiados por un hombre encapuchado.

A cambio de la libertad de los dos hombres, EI pidió al gobierno japonés 200 millones de dólares en un plazo de 72 horas; ésa es la misma suma que Abe había prometido dar en asistencia para combatir a los extremistas islámicos. Este plazo expiró en la madrugada de ayer, pero el grupo no se comunicó en ningún momento con el gobierno de Japón.

Abe y sus ministros dijeron que Japón «no se doblega ante el terrorismo», y diplomáticos japoneses ya habían informado a las familias que el gobierno no pagaría el rescate. También aliados como Estados Unidos le habían transmitido al gobierno japonés su rechazo al pago de rescates a grupos extremistas. Por otro lado, el primer ministro evaluó realizar una intervención militar, pero la Constitución pacifista de posguerra restringe las actividades en el exterior.

Frente a esto, la madre de Kenji Goto, Junko Ishido, pidió ayer por la vida de su hijo en una conferencia de prensa ante diferentes medios japoneses. «El tiempo se acaba. Por favor, gobierno de Japón, salven la vida de mi hijo», dijo, visiblemente emocionada. «Mi hijo no es un enemigo de Estado Islámico, no es un enemigo del islam. Les ruego dejarlo ir», agregó.