Kerry llamó a «dejar a un lado viejas barreras»

El secretario de Estado de EE.UU, John Kerry, afirmó sentirse «en casa» en la embajada estadounidense en La Habana, que se inaugura formalmente, en «una jornada para dejar a un lado viejas barreras y explorar nuevas posibilidades».

«No hay nada que temer, ya que serán muchos los beneficios de los que gozaremos cuando permitamos a nuestros ciudadanos conocerse mejor, visitarse con más frecuencia, realizar negocios de forma habitual, intercambiar ideas y aprender los unos de los otros», dijo en un fragmento en español durante su discurso en la ceremonia oficial de inauguración de la embajada.

Kerry, el primer jefe de la diplomacia estadounidense que llega a Cuba en 70 años, señaló que esta apertura sucede como resultado de la «valiente» decisión de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro de dejar de ser «prisioneros de la historia» y enfocarse en el presente y el futuro de ambas naciones.

Hace ocho meses, Obama y Castro anunciaron la histórica decisión de comenzar un proceso de deshielo entre los dos países, que dio como resultado el restablecimiento de los vínculos diplomáticos el pasado 20 de julio y la apertura de embajadas en La Habana y Washington.

En su discurso Kerry recordó además momentos clave en la difícil relación de los dos países, enemigos durante más de medio siglo, y el cierre de la misión diplomática en 1961 tras la ruptura de relaciones.

«Entre los que quedaron en la embajada estaban tres marines: Larry Morris, Mike East y Jim Tracey», dijo Kerry, refiriéndose a los soldados que arriaron la bandera norteamericana el 4 de enero de 1961 y quienes regresaron a La Habana para entregarla a otros tres marines jóvenes que la volvieron a izar hoy, 54 años después.

«Mis amigos, no se necesita un GPS para darnos cuenta que el camino de mutuo aislamiento y alejamiento que los EE.UU. y Cuba han seguido no es el correcto y que ha llegado el momento de movernos en una dirección más promisoria», insistió.

Kerry también mencionó su visita la semana pasada a Vietnam para celebrar los 20 años de la normalización de las relaciones entre ese país asiático y su Gobierno como ejemplo de la política conciliadora del presidente Obama.

«Décadas de buenas intenciones a un lado, las políticas del pasado no han llevado a una transición democrática en Cuba. Sería igualmente poco realista esperar que la normalización de las relaciones (con Cuba) tenga un impacto transformador a corto plazo», dijo.