La verdadera historia de «El renacido» de Leonardo DiCaprio

La historia del verdadero Hugh Glass tiene poco que ver con la narrada por Alejandro González Iñárritu en su aclamada cinta, El renacido. Antes de comenzar a explicar cómo era la vida de Glass, si no que se inspiró en una novela de ficción de 2002, que a su vez está basada en una de las tres primeras historias escritas sobre las aventuras de Glass. Poco se sabe de la vida real de Glass, pero en The Hollywood Reporter han hecho un profundo análisis con lo que sí se sabe.

Para comenzar a separar la realidad de la ficción cabe señalar lo que sí ha trascendido sobre su vida: Glass existió, sobrevivió a un ataque de un oso pardo y posteriomente murió. Glass vivía en Pennsylvania donde se cree que tendría una mujer y dos hijos a los que abandonó, ya que era capitán de barco y pasaba más tiempo en él que en tierra firme. Se calcula que tendría unos 30 años cuando unos piratas atacaron su barco en 1819 en la costa de lo que hoy en día es Texas. El capitán del barco pirata le habría ofrecido unirse a su tripulación o morir como el resto de gente que se encontraba con ellos, Glass optó por lo primero.

Después de un año como pirata, Glass y otro compañero desertaron y huyeron a lo que actualmente es Galveston. Juntos se dirigieron a San Luis (Misuri) con cuidado de evitar el este para no cruzarse con un tribu muy peligrosa que comía colonos, pero tampoco se podían ir mucho hacia el oeste o se encontrarían con otra tribu que comía manos y pies humanos. Cuando se habían adentrado más de 1.500 kilómetros del agua, fueron capturados por los Pawnee, una tribu que habitualmente sólo hacía sacrificios humanos de chicas jóvenes al dios de la estrella de la mañana, pero que decidió hacer una excepción con ellos.

Un grupo de Pawnees desnudó al compañero de Glass y le sujetaron a una estaca, tras pegarle astillas de pino impregnadas en resina le quemaron vivo. Cuando fue el turno de Glass, este sacó de su bolsillo un frasco de Cinabrio, un mineral rojo muy preciado que se usa actualmente en maquillaje y cerámica. El jefe de la tribu estaba tan impresionado por el regalo, como por la sangre fría de Glass, que le perdonó la vida y le convirtió en miembro honorario de los Pawnee.