Las cuatro razones de la peor derrota de River

River Plate sufrió este domingo la peor derrota del ciclo de Marcelo Gallardo como entrenador, tras caer en Santa Fe por 4 a 1 ante Colón, en un encuentro correspondiente a la séptima fecha del torneo de Transición.

A pesar de que empezó en ventaja por un gol de Emanuel Mammana, y de que parecía tener controladas las acciones en el primer tiempo, terminó pagando caro 10 minutos fatales del inicio del complemento.

Telam

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La caída, que significa un golpe definitivo a las esperanzas millonarias de meterse en la pelea por el título local, se explica por cuatro razones fundamentales:

1- La improvisación defensiva

Por diferentes razones, entre lesiones y descansos, Gallardo decidió viajar a Santa Fe con tan solo tres defensores, pero no cambió el esquema de cuatro hombres en el fondo. El Muñeco apeló a Leonardo Ponzio como marcador central, como ya lo había hecho en otras ocasiones, pero en una defensa inédita que se completó con Milton Casco, Emanuel Mammana y Leandro Vega. La apuesta del entrenador, mitad necesidad y mitad gesto de soberbia si se tiene en cuenta la calidad del rival, le salió mal.

No fue exclusivo de este domingo. River viene sufriendo horrores con su defensa. No ha podido equilibrarse desde la partida de Ramiro Funes Mori. Gallardo prueba alternativas pero no define una formación. Es cierto que las lesiones lo afectan, pero ningún partido, salvo el Superclásico, mostró al Millonario tranquilo en su última línea. El de Boca, la victoria 1-0 sobre Independiente y la goleada en Venezuela sobre el flojísimo Trujillanos fueron los únicos partidos de la temporada en que no recibió goles. Y de visitante sufrió 3 de Belgrano, 3 de Rosario Central y ahora los 4 de Colón.

Pero Ponzio nunca dio soluciones en ese puesto. Casco sigue siendo un extraño para su compañeros, apenas una opción de descarga en ataque pero que ni siquiera sorprende. Y los juveniles Mammana y Vega deben pagar los platos rotos, sumando experiencia en las contadas ocasiones en que son titulares y moviéndose entre el lateral y la zaga central.

2-Los errores de Barovero

Como una ironía del destino, la peor derrota del ciclo llegó en la peor noche de una de las columnas vertebrales del equipo. Marcelo Barovero, el arquero al que los hinchas convirtieron en ídolo hasta llegar a rogarle que no se vaya en junio y comprar masivamente su buzo en las tiendas, cometió dos fallas graves que abrieron y cerraron los 10 minutos fatales del segundo tiempo en que todo se definió.

Primero, Trapito vio cómo se le escurría la pelota en un centro atrás débil y sencillo de resolver, que terminó con Sperdutti empujándola hacia el 2-1. Y después, casi sin ser presionado por Alan Ruiz en una salida con el pie, le tiró la pelota encima para que el 10 de Colón completara su hat trick casi sin querer.

3- El descontrol

FotoBaires

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En medio de las fallas de Barovero, River se quedó con uno menos por la expulsión, por doble amarilla, de Ignacio Fernández, uno de los que más perdido estuvo en la superpoblada mediacancha que presentó Gallardo. En ese lapso fatal, además de la roja y de los errores del arquero, el equipo se descontroló, se abrió completamente en el fondo, fue desprolijo, se dejó vencer por la ansiedad en lugar de serenarse, y terminó condenándose.

Y ahí es cuando deberían aparecer los líderes y referentes, un rótulo que en el elenco presentado en Santa Fe debería caerle en primer lugar a Andrés D’Alessandro. Pero el Cabezón volvió a brillar por su ausencia. Irrelevante, incapaz de contagiar con fútbol a sus compañeros o de sumarse al ritmo de los otros.

4- La gran noche de Alan Ruiz

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El rival también juega, y en este caso lo hace muy bien. Pero más allá de las virtudes colectivas de Colón, que pueden resumirse en su paciencia para afrontar la desventaja, su buen trato de pelota y su convicción en el sistema de Darío Franco, la gran razón de la goleada tiene nombre y apellido: Alan Ruiz.

El 10 brilló con un hat trick que lo consolida como el máximo artillero del Sabalero en el torneo, y se llevó no solo la pelota del partido sino todos los aplausos de los hinchas. Merecidamente. River tendrá pesadillas con él durante un largo tiempo.