Los asesinatos opacan las elecciones en México

Dos nuevos asesinatos a candidatos políticos ponen en jaque a la democracia mexicana. Enrique Hernández Salcedo, candidato a la alcaldía de Yurécuaro, en Michoacán, por el partido izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena); y Héctor Cruz López, candidato por el Partido Revolucionario Institucional a noveno regidor de Humanguillo, en el municipio de Tabasco, fueron víctimas del crimen organizado. El pasado jueves, un grupo armado llegó al domicilio de Cruz López, llamaron a su puerta y, cuando salió, le dispararon a quemarropa, matándolo a él e hiriendo a su hermano Eloy. En cuanto al aspirante de Morena, fue asesinado el mismo día, cuando salía de un mitin. Se encontraba con su mujer y cuatro niños, dos de los cuales también fueron alcanzados por los impactos de bala, aunque ninguno falleció.

Según consignó Tiempo Argentino, estos dos casos se suman al de Ulises Fabián Quiroz, también candidato del PRI a la alcaldía de Chilapa, asesinado el pasado primero de mayo. A su vez, el 25 de abril, Luis Walton Aburto, candidato de Movimiento Ciudadano a la gobernación de Guerrero, afirmó que tanto él como su equipo de campaña fueron interceptados por un grupo fuertemente armado, aunque no hubo víctimas mortales. El 11 de marzo fue encontrada muerta la precandidata a la alcaldía de Ahuacuotzingo, Aidé Nava González, y el 19 de febrero fue el turno de Carlos Martínez Villavicencio, precandidato del Partido de la Revolución Democrática para diputado federal por el distrito de Tlaxiaco, en Oaxaca.

Hernández Salcedo fue jefe de las autodefensas ciudadanas contra el narcotráfico, y fue acusado el pasado año por el homicidio de Gustavo Garibay, alcalde de Tanhuato, pero se comprobó su inocencia. Después de su liberación se supo que había sido torturado durante el proceso y se denunció que los elementos incriminatorios habían sido «plantados». Hernández había declarado, cuando aún lideraba a los ciudadanos armados, que «desde el momento que deje las armas soy hombre muerto». De cualquier manera, su esposa, Gloria Guadalupe Hernández, aseguró que no estaba al tanto de la existencia de amenazas, y agregó que «tenemos que tenerle más miedo al gobierno que al crimen organizado». El candidato había denunciado en septiembre pasado la corrupción y la impunidad del gobierno local.

Por su parte, Miguel Ángel Sandoval Rodríguez, dirigente del partido, acusó del atentado al gobierno estatal y al ex comisionado federal para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes. Sandoval declaró además que estamos frente a «un estado convulsionado, en crisis y con mucha inseguridad. Buscábamos tener un proceso electoral limpio y sobre todo donde todos los candidatos tuvieran la seguridad de poder recorrer municipios y demarcaciones en paz. Hoy no podemos tener una elección, no podemos llegar así al 7 de junio», jornada en la que se elegirá al gobernador, 112 alcaldes, 24 legisladores federales y 40 diputados locales.

En todo el país, se elegirán 500 diputados federales, nueve gobernadores y más de 1000 alcaldes.

Si bien se intentará blindar a los candidatos que participen del proceso electoral, los ataques hieren gravemente a la democracia. La acción de las fuerzas de seguridad siempre llega tarde, y la protección a los candidatos se tratará de alcanzar con el proceso salpicado de sangre. La libertad de expresión, estandarte fundamental del gobierno del pueblo, se había resentido en los últimos tiempos con la gran cantidad de atentados a medios de comunicación y sus periodistas. Con la ola de asesinatos a políticos, ya no quedan refugios a las libertades individuales y los Derechos Humanos una vez más se ven postergados.