Maduro convoca a una «Constituyente popular» y agudiza la crisis

La oposición venezolana rechaza de plano la nueva movida chavista para perpetuarse en el poder. Protestas por un nuevo intento de avanzar sobre la Constitución.

Venezuela sigue sumida en una situación política y social que podría desembocar en una guerra civil y en ese marco, opositores venezolanos bloquearon este martes calles en Caracas y otras ciudades en franco rechazo a la convocatoria efectuada por el presidente Nicolás Maduro, para que se de un proceso con intenciones de modificar la Constitución.

Las masivas protestas se hicieron sentir en varios sectores de Caracas, donde grupos de personas bloquearon los accesos, complicando el tráfico en momentos en que muchos buscaban llegar a sus trabajos.

«Esa Constituyente que anuncia Maduro es una manipulación para huir de elecciones», aseguró Raúl Hernández, un estudiante universitario de 22 años, en el este de Caracas.

La oposición política al régimen chavista se prepara para una «mega marcha» convocada para el miércoles contra lo que considera un «golpe de Estado», y el Parlamento, único poder que controla, se apresta a discutir los alcances de la decisión del presidente Maduro y las futuras acciones para aumentar la presión internacional contra el gobierno.

«Tenemos que seguir adelante. Este pueblo no se rinde ni se va a rendir», dijo Julio Borges, el presidente del cuerpo Legislativo.

Acosado y puesto contra las cuerdas luego de un mes de marchas y masivas protestas que exigen su salida inmediata del poder con elecciones generales, Maduro dio el lunes un giro a la crisis al convocar a una «Constituyente popular», cuyos 500 asambleístas no serán elegidos por voto universal, sino por sectores sociales y por comunidades.

«Es un verdadero desencadenante histórico para profundizar la revolución» y detener la «arremetida golpista» de la oposición, aseguró Maduro tras firmar el decreto que da inicio al proceso.

Entre tanto, el analista Diego Moya-Ocampos, del IHS Markit Country Risk de Londres, sostuvo este martes que la determinación del gobierno chavista «es una medida desesperada de un gobierno que sabe que no puede llamar a elecciones porque va a perder y recurre a la polarización».

De acuerdo a lo establecido en la Constitución nacional de Venezuela, los comicios de gobernadores debieron haberse hecho durante 2016, pero se postergaron sin fecha, los de alcaldes deben ser concretados este año y las presidenciales deberían tener lugar a fines de 2018.

«Maduro gana tiempo a costa de todo», opinó el analista socialista Nicmer Evans, para quien hay una «traición» a la Constitución impulsada por el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013), redactada por 131 constituyentes electos por voto directo, universal y secreto. Maduro adelantó que enviará al poder electoral las bases de elección de los asambleístas, buena parte de los cuales saldrán de estructuras comunales auspiciadas por el gobierno, lo que le «garantizará el control» de la «Constituyente popular», según el constitucionalista José Ignacio Hernández.