Marilyn no descansa: revelan la intimidad del cadáver

Oportunistas y maliciosos revelan que la rubia estaba físicamente destrozada, sin depilar, sin teñir y que no era «ni tan guapa ni tan glamorosa» como se la conoce.

Estamos totalmente seguros que Marilyn Monroe se mató? ¿No será que sabía muchas cosas de los Kennedy y la tuvieron que callar?», se pregunta Enrique Pinti durante las funciones de su espectáculo Salsa Criolla, cuando hace referencia a los ¿crímenes? sin resolver. Pasaron 53 años de la muerte de la mayor ícono sexual del siglo XX y su supuesto suicidio el 5 de agosto de 1962 todavía genera dudas.

Se sabe que Marilyn fue utilizada como un objeto sexual y como una chica linda que había que mostrar pero sin dejarla opinar, durante toda su vida: lo hizo el poder (le cantó el cumpleaños a John F, Kennedy y así expuso su romance extra oficial, afectó su imagen y el presidente de Estados Unidos se benefició), lo hizo la industria de Hollywood (que la contrataba y la despedía a su antojo y siempre le pedía escenas eróticas) y también lo hicieron sus parejas (su último marido, el escritor Arthur Miller, escribió dos años después de su muerte la obra Después de la caída, en la que el personaje central es Maggie una popular cantante adicta a los tranquilizantes, que tiranizaba a su marido con sus implacables exigencias).

Pasó el tiempo pero Monroe sigue siendo manipulada. Esta semana se supo que Alan Abbott y Ron Hast, los operarios que enterraron el cuerpo de la actriz lanzarán un libro en el que describen el estado en el que estaba el cadáver de la bella rubia. La publicación llamada Pardon My Hearse (Disculpen mi cortejo fúnebre, en inglés) los funebreros de Monroe (¿faltaba alguien más?) dicen que la estrella de cine murió físicamente destrozada, de una sobredosis de Nembutal, estirada bocabajo en su cama. Estos oportunistas también relatan que fue encontrada sin teñir su rubia melena desde hacía semanas, sin depilar, sin dientes –usaba una dentadura postiza, pese a tener sólo 36 años– y con el cuello amoratado e hinchado.

«No podíamos casi reconocer que el cuerpo que yacía maltrecho, desnudo y envejecido era el de la increíble Norma Jeane Mortenson (el nombre real de Monroe). Además nos sorprendió su extrema delgadez. La verdad no era ni tan guapa ni tan glamorosa», dijeron al diario Daily Mail estos operarios que parecen no comprender que estaban ante el cadáver de una mujer superada por las drogas y la depresión.

La autopsia descubrió que, en realidad, Norma Jean usaba prótesis mamarias para acrecentar sus senos que, de por sí, eran más bien discretos. «Era como una mujer de más edad y envejecida», escribieron y revelaron que el día en que la encontraron, ya con el rigor mortis de primer estadio (entre seis y ocho horas después de la muerte), estaba sin depilarse las piernas hacía semanas y sin ropa interior. Además, sostienen que el forense tuvo que hacer una reconstrucción del cadáver que le llevó varias horas para que se pareciese al ícono del cine que todo el mundo adoraba, incluso tuvo que trabajar parte de su cuello para que apareciera «normal» el día del funeral.

No es la primera vez que Alan Abbott y Ron Hast se dedican a hundir a las personas que ellos mismos tuvieron que enterrar cuando trabajaban en la funeraria más famosa de Hollywood. Ya hablaron de varios personajes conocidos de aquella época que les cedieron, sin quererlo, su última intimidad. Ellos devolvieron esa confianza con una gran bajeza. Pero Marilyn seguirá viva como el símbolo pop que enalteció Andy Warhol y las miles de interpretaciones que generó su figura inocente, increíblemente bella y tan fácil de manipular.

Las dudosa escena de muerte

Los testimonios acerca de la muerte de Monroe plantean que en esos días el único contacto humano de la actriz dependía de las llamadas telefónicas de su psiquiatra, Ralph Greenson. El jefe del departamento policial de Los Ángeles, Jack Clemmons fue el primero en llegar al departamento de Monroe y encontró inconsistencias en los testimonios de los dos médicos y el ama de llaves. La escena de la muerte parecía arreglada: sábanas cambiadas y limpias y el cuerpo había sido movido. Las livideces cadavéricas no coincidían con la postura por demás antinatural en que encontró el cuerpo la policía.

El dato

Este mes se subastaron las últimas imágenes que se tomaron de Marilyn tres semanas antes de morir. Son en una playa de Santa Mónica, y se la ve sonriente y con poco maquillaje. Estuvieron ocultas 20 años.