Más barrios privados

La seguridad, la naturaleza, el hecho de estar en un lugar sin mayores ruidos. Durante los últimos años, barrios privados en Neuquén comenzaron a crecer como hongos después de la lluvia y se convirtieron en un llamativo fenómeno social, abonado por la falta de tierras en los lugares céntricos, o bien ubicados en el ejido capitalino.
En la actualidad, hay siete emprendimientos en trámite que se suman a los 22 ya consolidados, de acuerdo con la información que tiene el municipio capitalino.
Los barrios privados comenzaron a crecer a mediados de la década del ‘80 y en pocos años se constituyeron como una alternativa de hábitat para los neuquinos.
Los lugares elegidos para estos emprendimientos están ubicados, en su mayoría en la zona sur, especialmente en cercanías del río Limay, aunque también hay uno en la zona más céntrica y cuatro en inmediaciones del río Neuquén.
Son conjuntos de lotes grandes que surgieron de la división de grandes predios. Algunos eran chacras que estaban casi abandonadas cuyos propietarios decidieron dejar definitivamente la producción para apostar por algo mucho más rentable en la ciudad de Neuquén: el negocio inmobiliario.
Los barrios cerrados están orientados a un público de mediano y alto poder adquisitivo, debido a que los lotes son caros: casi ninguno de los que se venden en la actualidad baja de los 50.000 dólares.
Hay algunos emprendimientos que solo ofrecen seguridad, pero otros tienen dentro de sus servicios cancha de golf, pileta, quinchos, salones de usos múltiples y otros espacios comunes que se pagan con las expensas. Este extra que deben abonar los propietarios en algunos lugares no baja de los 6.000 pesos, lo que se obra de alquiler por un departamento de un dormitorio en el centro de la ciudad.
Las ventajas son muchas, como el hecho de estar alejado de los ruidos de la ciudad o de la inseguridad que siempre preocupa. Las desventajas son pocas, pero hay que tenerlas en cuenta. Salvo un par de barrios, la mayoría de estos espacios están ubicados en la periferia y se necesita tiempo para trasladarse o hacer trámites en el centro. Además, para llegar de noche a algunos de estos desarrollos inmobiliarios hay que atravesar zonas con baja iluminación y con poca urbanización.
Más allá de los pro y los contra, muchos neuquinos parecen haberse decidido a invertir una buena cantidad de dinero en esta nueva forma de vida que ofrecen las ciudades grandes. El crecimiento de estos espacios dependerá -obviamente- de la demanda. Hasta el momento, todo indica que seguirán creciendo.