Más de mil inmigrantes lograron entrar a Croacia

Se habían concentrado durante la noche en el paso de Berkasovo-Bapska, punto fronterizo entre Croacia y Serbia, y cruzaron de manera incontrolada a este país a través de campos y huertas cercanos, sin que la policía croata intentara detenerlos.

Previamente los migrantes al grito de «Open, open» (‘abran’ en inglés), presionaron a los guardias fronterizos en el paso, en la zona de Sid, en el noroeste de Serbia, para pedir que abrieran la frontera.

Luego, como una secuencia anunciada, la muchedumbre, que «había perdido la paciencia», según el canal local A1, entró masivamente a través de la campiña, sin otra reacción de la policía croata que las advertencias de que regresen, señaló el mismo canal de televisión.

Desde el domingo último, Croacia cierra durante horas y abre de forma intermitente su frontera con Serbia para controlar la afluencia de refugiados llegados de zonas de conflicto de Medio Oriente.

La mayoría de los refugiados pasaron la última noche a la intemperie, tratando de calentarse con mantas y plásticos para resguardarse de la lluvia, y aunque ésta cesó hay todavía mucho barro en esa zona.

En tanto, más de 200 personas, en su mayoría mujeres con niños o familias, se encuentran en el centro de acogida de Principovac, cerca de Sid.

Los refugiados, que proceden principalmente de Siria, Irak y Afganistán, siguen llegando a la zona desde el sur de Serbia, donde entran procedentes de Macedonia, otro país de la ruta de los Balcanes por la que aspiran a llegar para finalmente recalar en países de Europa occidental.

Ayer, unas 6.500 personas entraron en Serbia, revelaron a la agencia de noticias EFE fuentes de la Agencia para los Refugiados de las Naciones Unidas (ACNUR).

Según datos del gobierno serbio, ahora en el centro de acogida y registro en Presevo, en el sur, hay unos 400 refugiados y hasta el final del día se espera la llegada de 4.000 personas.
De Croacia, los refugiados siguen hacia Eslovenia ya que el pasado sábado Hungría selló su frontera con Croacia, un mes después de hacerlo con Serbia, para detener el flujo de inmigrantes.

Eslovenia, a su vez, limita la entrada de los refugiados a su territorio y piensa reforzar el control de su frontera con Croacia.

A todo esto, el primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, declaró hoy que su país «no construirá ni un metro de valla aunque todos se cerquen con alambradas», y señaló que esta mañana en territorio serbio había más de 12.000 refugiados.