Más de un centenar de muertos y heridos en una serie de atentados en París

AL MENOS 150 PERSONAS HAN MUERTO EN LOS DIFERENTES ATENTADOS PERPETRADOS EN PARÍS. LA SERIE DE SEIS ATAQUES Y EXPLOSIONES ABARCÓ EL NORESTE PARISINO, EN LOS ALREDEDORES DEL STADE DE FRANCE Y EN LA SALA DE CONCIERTO LE BATACLAN, DONDE HUBO UNA TOMA DE REHENES.

Más de un centenar de personas murieron ayer en una serie de atentados en París y sus alrededores, muchas de ellas en un teatro donde presuntos islamistas radicales tomaron a unos 100 rehenes, en los ataques más letales en la capital de Francia desde la Segunda Guerra Mundial.

El presidente francés, Francois Hollande, en un dramático mensaje, anunció por TV que ordenó decretar el estado de emergencia en todo el país así como un cierre total de las fronteras tras los «ataques terroristas sin precedentes», que, según dijo dejaron «decenas de muertos».

Poco después, el fiscal general Francois Molins informó que de la serie de seis ataques las fuerzas de seguridad francesa «neutralizaron a ocho terroristas» y elevó la cifra de victimas mortales a 126, 83 heridos en estado critico y 132 heridos graves.

Horas después del inicio de los ataques nocturnos, varias ráfagas de disparos y detonaciones se oyeron dentro de la sala de conciertos Bataclan, en el centro de París, escenario de la toma de rehenes, informaron medios franceses desde el lugar.

Una media hora más tarde, el canal BFMTV informó que la toma de rehenes había terminado con un asalto policial y agregó que en el interior de la sala se había cometido una auténtica «carnicería».

Con un cordón policial montado a unos 500 metros del teatro, unos 40 rehenes -muchos avisaron a la policía lo que sucedía en el recinto vía las redes sociales- consiguieron salir de la sala un rato antes y fueron llevados a café cercano donde esperaban prestar declaración ante la policía, informó la agencia de noticias EFE.

Los atentados, ocurridos poco después de las 21, sumieron a París en el caos, el espanto y el terror y evocaron inmediatamente el recuerdo de los sangrientos ataques a las oficinas de la revista satírica Charlie Hebdo, hace apenas 10 meses.

La Alcaldía de París pidió a todos los ciudadanos de la capital que permanecieran en sus casas «a la espera de las instrucciones de las autoridades».

Alrededor de una decena de personas murió en un ataque a tiros en un restaurante del distrito 10 de París.

Otros tiroteos tuvieron lugar en bares cercano, en el mismo distrito y en lindante, el 11, ambos en el noreste de la capital francesa.

Grupos de atacantes dejaron un tendal de muertos y centenares de heridos al disparar con fusiles automáticos desde sus autos, algunos descendieron a cara descubierta, con jeans y camisas, «blancos, con rasgos europeos», según testigos citados por el diario Le Figaro.

Decenas más murieron en los otros ataques, pero sobre todo en el teatro Bataclan, donde alrededor de 100 personas fueron tomadas de rehenes y los atacantes se inmolaron haciendo estallar sus cuerpos, según el diario Le Figaro.

La policía montó un rápido operativo en torno al lugar, acordonando una extensa zona alrededor del teatro, agregaron los medios, que estaban apostados a medio kilómetro del lugar.

Casi en simultáneo con los ataques, dos o tres explosiones, según distintas fuentes, se escucharon cerca del estadio Stade de France, al norte de París, justo cuando los seleccionados de fútbol de Francia y Alemania jugaban un partido amistoso.

Uno de los estallidos, aparentemente de un atacante kamikaze, fue tan fuerte que hizo que los asistentes al encuentro interrumpieran sus cánticos y que algunos jugadores se miraran entre sí como sorprendidos. Entre ellos, el presidente Francois

Hollande, cuya cara de asombro fue captada por los fotógrafos antes de ser retirado por su personal de seguridad.

Las sirenas comenzaron a sonar de inmediato, y un helicóptero apareció sobrevolando el estadio.

Las fuerzas de seguridad cerraron todas las salidas y entradas al estadio, con capacidad para 80.000 espectadores, y en medio del pánico general evacuaron de emergencia el estadio.

Más tarde, tras celebrar una reunión de emergencia con sus ministros y jefes de fuerzas de seguridad, el mandatario apareció por TV visiblemente desencajado, para anunciar el cierre de fronteras y el estado de emergencia.

«Es un horror. Se trata de unos ataques terroristas sin precedentes que están en curso», ha señalado Hollande, al borde de las lágrimas y profundamente emocionado, mientras los medios aseguraban que fueron seis los ataques simultáneos

Según el presidente francés, se ha «movilizado todas las fuerzas posibles para neutralizar a los terroristas y asegurar todos los barrios» y ha desplegado 1.500 refuerzos militares en París para que no haya mas ataques.

Además, explicó que estaba «en curso una operación asalto o de las fuerzas de seguridad», en aparente alusión a la toma de rehenes en la sala de conciertos Bataclan, uno de los lugares más emblemáticos de la noche parisina, en el distrito 11.

En Washington, el presidente estadounidense, Barack Obama, calificó los ataques en París de «intento atroz de aterrorizar a civiles inocentes» y prometió hacer lo que sea necesario para ayudar a que los responsables sean llevados ante la Justicia.

Según fuentes de la investigación citadas por EFE, las fuerzas del orden identificaron seis puntos donde se perpetraron atentados esta noche en París, incluyendo el Estadio de Francia.

Algunos de esos puntos se encuentran a poca distancia de la plaza de la República, incluyendo la sala de espectáculos Bataclan, añadieron las fuentes.

Mientras Paris permanece sitiada y con helicópteros sobrevolando la ciudad, las autoridades se interrogan si alguno de los atacantes aun logró huir y escapar al mezclarse entre la multitud que paseaba por la zona de bares y restaurantes del popular noreste parisino en una noche de viernes otoñal.

Según el diario Le Monde, que cita fuentes de la investigación las autoridades estiman que puede haber más atacantes dado el alto número de personas que estuvieron en contacto con los atacantes a lo largo de la noche: un millar entre víctimas (mortales y heridos) y testigos de los hechos.

Ninguna organización reivindicó de inmediato los atentados, pero por sus características los medios franceses daban por descontado que se trató de una acción de islamistas radicales, como el ataque a Charlie Hebdo, que se lo atribuyó la rama yemenita de la red Al Qaeda.

Francia está bombardeando al grupo islamista Estado Islámico (EI) en Irak y en Siria. Entre las numerosas amenazas que recibió el país galo, esta semana dos vídeos del EI hicieron referencia a ataques a Francia y Rusia, recordó el diario Libération.

Un testigo del ataque en el teatro Bataclan dijo que fue cometido por un grupo armado que irrumpió a los tiros al grito de «Alahu Akbar», como se dice en árabe «Alá es el más grande», la arenga distintiva de los extremistas islámicos sunnitas.

En tanto, un testigo que pudo huir del teatro, relató a la radio France Inter que los secuestradores disparaban a la muchedumbre.

«Hemos escapado, había sangre por todas partes, disparaban contra la muchedumbre con rifles», aseguró conmocionado el testigo, que había ido a ver a la banda de rock estadounidense Eagles of Death Metal, que tocaba allí.

El primer tiroteo tuvo lugar sobre las 21.30 en las terrazas de los bares Le Carillon y Petite Cambodge en el distrito X de París, junto al canal Saint Martin.

Varios cadáveres quedaron tirados en el suelo, mientras que varios heridos fueron atendidos en el lugar y evacuados a hospitales cercanos.

Una testigo de los hechos, identificada como Lesly Guihard, explicó a EFE que el autor de los disparos era un solo hombre que portaba un rifle automático, aparentemente un kalashnikov, y que tuvo tiempo de recargarlo.

«Oímos un ruido. Al principio pensé que era un camión que estaba tirando piedras, luego un petardo, y después vimos que era demasiado largo para que fuese algo normal. Duró unos 30 segundos y después vimos a la gente corriendo calle abajo», relató.

Poco después comenzaron los disparos en la cercana sala de fiestas Bataclan, uno de los lugares míticos de la noche parisina, donde tenía lugar un concierto de la banda de rock estadounidense Eagles of Death Metal.