Megajuicio: Alberto Luis Aguinaga declaró en defensa de Romano

Su testimonio fue ofrecido por la defensa del exmagistrado. Sobre los hechos que involucran al exoficial Oscar Alberto Bianchi, declaró Cristina Barrera Oro.

Una nueva jornada del IV Juicio por delitos de lesa humanidad se desarrolló hoy en horas de la mañana en la sala debate del Tribunal Oral Federal Nº1. Desde muy temprano se vivió en el lugar un clima de profunda emoción ante la noticia de la recuperación de la nieta Nº 117, de la ejemplar luchadora María Domínguez.

La jornada contó con las testimoniales ofrecidas por la defensa, realizadas por Cristina Barrera Oro y Alberto Luis Aguinaga, quienes declararon en defensa del exoficial Bianchi y del exmagistrado Otilio Roque Romano, respectivamente.

En su declaración, Cristina Barrera Oro, relató que para el año 1976 ingresó al Penal y que fue separada de la institución para instruirse en la Escuela Penitenciaria de Mendoza (EPM). De esta manera, en el año 1976 se reincorporó como agente en el Pabellón de Mujeres del Servicio Penitenciario Provincial. Según su testimonio, Bianchi trabajó en el pabellón de presos políticos hasta fines de noviembre de 1976. “Estuvo por muy poco tiempo, porque ambos fuimos separados de las áreas de trabajo para realizar el curso”, dijo la testigo.

Cristina Barrera Oro negó las denuncias que involucran la participación de Bianchi en torturas; aún sin compartir horarios, ni sector de trabajo, la testigo afirmó en defensa del expenitenciario que “en una institución cerrada como la nuestra, todo se sabe, nada se ignora, todos los comentarios llegan, los buenos y los malos ”.

Sobre los exoficiales apodados “Las tres B” (por la brutalidad que ejercían contras las personas detenidas) entre los cuales se referenciaba Bianchi junto a Balmes y Barrios, la testigo dijo: “nunca se me ocurrió preguntar porqué los llamaban así”.

Al describir sus funciones como agente del pabellón de mujeres, Barrera Oro dijo estar a cargo de la guarda y custodia de las detenidas. Recordó que para entonces, el Penal contaba con doscientos cincuenta agentes, de los cuales sólo cinco habían egresado de la EPM. En su relato negó haber visto personas con signos de tortura y sobre lo cual aseguró: “No vi ningún tipo de lesiones en las internas”. En este sentido agregó: “Nosotros no cometemos violencia con los internos, a veces somos sacerdotes o psicólogos de las personas que están en situaciones muy duras”.

Indagada sobre el ingreso de los militares al producirse el golpe cívico militar, la testigo dijo que “los militares tomaron la seguridad interna e ingresaron violentamente”. En ese contexto afirmó que los militares balearon la institución.

Ante las preguntas del defensor Civit, la testigo desconoció además las denuncias sobre torturas en el sector conocido como “la peluquería”.

Cristina Barrera Oro también fue consultada por el Fiscal Dante Vega sobre el régimen hacia el interior del Penal tras el golpe cívico militar. “El régimen para internos comunes fue igual; para los presos del Poder Ejecutivo Nacional, lo dictaminaban los militares”, dijo. Y agregó: “los simulacros de fusilamiento denunciados por las internas fueron impartidas por los militares”.

Posteriormente brindó testimonio por la defensa del exjuez Otilio Roque Romano el abogado Alberto Luis Aguinaga.

El reconocido profesional basó su relato en su ejercicio como letrado en defensa de personas acusadas de infringir la ley 20840, y en particular sobre la desaparición de una de las hijas de su colega Antulio Santamaría. “Yo le aconsejé lo que me pareció prudente que declarara, y lo que tengo muy presente es que ella no declaró porque se abstuvo; y si lo hizo, no declaró lo que le aconseje”, expresó el testigo.

Aguinaga aseguró que estando detenida en la Penitenciaría Provincial, su defendida no tenía signos de tortura. “Lo digo con seguridad, porque siempre que he visto a un defendido con muestra de haber sido apremiado lo he denunciado, porque es mi manera de actuar”, expresó el abogado. Sobre el desenlace del caso relató que Romano pidió el mínimo de la pena; que el proceso tuvo su curso normal y que el juez dictó la sentencia de acuerdo al pedido fiscal. “Creo que no recuperó la libertad, y estoy casi seguro que quedó a disposición del Poder Ejecutivo”, finalizó .

Con respecto a las torturas, detenciones ilegales, desapariciones y homicidios cometidos durante la última dictadura cívico militar, Alberto Aguinaga dijo : “ de esta historia argentina se conoce en los libros que se publicaron después”. Al referirse a los exmagistrados imputados, el abogado afirmó: “no creo que hayan sido condicionados para dictar sentencia”.

Para finalizar su testimonio, el testigo ofrecido por la defensa del exjuez Otilio Romano aseguró que “el trato, la diligencia y la profesionalidad de los empleados de la Justicia Federal ha sido y sigue siendo mucho más eficaz que la Justicia Provincial”.

Las testimoniales continúan mañana, 1 de septiembre, a las 09.30, en el primer piso del Tribunal Oral Federal Nº1.