Nuevo premio para Relatos salvajes

Relatos salvajes, de Damián Szifrón, la película más taquillera en la historia del cine argentino, según consignó Tiempo Argentino, se llevó en la noche del sábado el Balance de Oro, el principal premio de la muestra de cine argentino-europeo Pantalla Pinamar.

Por su parte, El patrón, radiografía de un crimen, de Sebastián Schindel, que también se alzó con premios de mejor actor, para Joaquín Furriel, y mejor opera prima en el Festival de Guadalajara, se quedó con el segundo premio en importancia, el Balance de Plata.

El Balance de Bronce, en tanto, fue para La tercera orilla, de Celina Murga. Los premios Balance son votados por la prensa acreditada y el público a la salida de los cines.

La undécima edición de la muestra, que se celebra desde hace más de una década en el balneario argentino, tuvo su cierre el sábado por la noche con el estreno mundial de Zonda: folclore argentino (ver pag. 6).

Durante los nueve días que duró la muestra -ayer se volvieron a proyectar algunas de las mejores películas exhibidas- se pudieron ver 85 largometrajes argentinos, españoles, alemanes, daneses, noruegos y franceses, entre otros.

LA CENA ESTA SERVIDA

«Ave César vencedor de peronistas», le expresa un más que genuflexo Jorge Luis Borges (Jean-Pierre Noher) a Jorge Rafael Videla (Alejandro Awada) a los pocos minutos de pisar la Casa Rosada un día gris a mediados de mayo de 1976. El almuerzo de Javier Torre, exhibida en Pantalla Pinamar, narra el encuentro de Sábato (Lorenzo Quinteros), Borges, el padre Castellani (Pompeyo Audivert) y el titular de la entidad de escritores de aquel momento (Roberto Carnaghi) con el dictador triunfante, en medio de mozos y cocineros vigilados por soldados y el recuerdo reciente del secuestro de Haroldo Conti, mostrado en la película de manera feroz y concreta en la primera secuencia.

Miedos, temores, silencios, pleitesías, reverencias, agradecimientos y pedidos recorrieron esa comida celebrada como un punto de unión entre representantes de la cultura y los asesinos que habían tomado el poder dos meses atrás. Borges rinde culto al criminal de uniforme, Sabato observa y el cura hace silencio. El polémico almuerzo ya tiene su película.