Obama rechazó la «violencia sin sentido» en Baltimore

«No hay excusa para el tipo de violencia que vimos ayer. Es contraproducente», afirmó el presidente de Estados Unidos en su primera declaración sobre el nuevo estallido social en Baltimore, provocado por la muerte de un joven negro bajo custodia de una policía local.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, rechazó de manera tajante «la violencia sin sentido» que se vivió ayer y durante la madrugada de hoy en la ciudad de Baltimore, estado de Maryland, en su primera declaración sobre el nuevo estallido social que provocó la muerte de un joven negro bajo custodia de una policía local.

«No hay excusa para el tipo de violencia que vimos ayer. Es contraproducente. (…) Eso no es una protesta. Eso no es una manifestación. Es un puñado de gente que se aprovecha de una situación por sus propios motivos, y tienen que ser tratados como criminales», sentenció el mandatario en una conferencia de prensa que compartió con con el primer ministro japonés, Shinzo Abe, en la Casa Blanca.

«Si algunos individuos toman barras y comienzan a golpear para abrir puertas y saquear, no protestan. No hacen ninguna declaración. Están robando», agregó, según reprodujo la agencia de noticias DPA.

El 12 de abril pasado Freddie Gray, un joven afroamericano de 25 años, fue detenido por dos agentes de la Policía de Baltimore, luego de cruzar miradas con uno de ellos y comenzar a correr.

Según el relato oficial de la Policía, los dos agentes le encontraron una navaja, algo ilegal en el estado de Maryland, y por eso lo arrestaron. En el proceso, Gray resultó herido en la columna y, pese a que lo pidió varias veces, los policías nunca lo llevaron ante un médico.

Sin asistencia médica, el joven de 25 años falleció una semana después aún bajo custodia policial.

Obama sostuvo que debe haber una «completa transparencia y rendición de cuentas» en la investigación en curso sobre la muerte de Gray, pero destacó que el caso no justifica la «violencia y destrucción sin sentido» en Baltimore.

El estallido social que este lunes siguió al funeral de Gray, dejó un saldo de 15 policías heridos, uno de ellos de gravedad, 202 manifestantes detenidos, 144 autos incendiados y 15 edificios quemados.

Las autoridades locales de Baltimore y estaduales de Maryland respondieron desplegando más de un millar del policías, llamando a la Guardia Nacional y declarando un toque de queda nocturno durante una semana.

Obama respaldó las decisiones del gobernador de Maryland, Larry Hogan, y de la intendenta de la ciudad, Stephanie Rawlings-Blake, con quienes habló personalmente anoche, y sostuvo que los saqueos y los incendios «destruyen y minan los negocios de sus propias comunidades, y acaban con los empleos y las oportunidades de la gente en ese área».

El mandatario norteamericano reivindicó, en cambio, las manifestaciones «pacíficas» que en los últimos días «se centraron en preocupaciones completamente legítimas de estas comunidades en Baltimore (…) y que fueron constructivas y sensatas».

En Baltimore, como en otras ciudades del país, miles de personas salieron a las calles en las últimas semanas para denunciar el racismo y la brutalidad institucionalizados que caracterizan a las fuerzas de seguridad, tanto a nivel local, como estadual y nacional.