Para la prensa internacional, la renuncia de Prat Gay «anticipa malas noticias»

Los diarios del mundo se alertan ante la renuncia forzada del ministro Prat Gay y muestran datos económicos muy duros de la gestión Macrista.

Textual de El País de España: «Mauricio Macri ha despedido a uno de sus ministros estrella. Alfonso Prat-Gay ya no estará al frente de Hacienda y Finanzas, en medio de las críticas por la demora en el despegue económico prometido hace un año, con el inicio del Gobierno. Argentina cerrará este año con una caída del PIB del 1,8%, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), y una inflación del 40%, muy por encima del 25% previsto en enero. La historia argentina dice que la renuncia de un ministro de Economía es anticipo de malas noticias. Es por ello que el Gobierno ha querido dejar en claro que, al menos esta vez, todo fue una cuestión de organización, sin impacto sobre la continuidad de las políticas oficiales.

«En función de los desafíos que tenemos para el año próximo habrá dos ministerios, uno de Finanzas y otro de Hacienda. Por eso se le ha pedido la renuncia al ministro de Hacienda y Finanzas, que se concretará en los próximos días. Queremos agradecer a Prat Gay por su trabajo en un año muy desafiante”, dijo el jefe de Ministros, Marcos Peña, al confirmar los cambios de gabinete en una rueda de prensa en la Casa Rosada.

El desafío del nuevo equipo económico será cumplir con las expectativas de una población que votó a Macri para que mejore la economía. El presidente ha dicho que 2017 sí será el año del crecimiento y puso para ello caras nuevas al frente de la gestión. Luis Caputo ascenderá de secretario a ministro de Finanzas, y Nicolás Dujovne, un economista que fue parte del equipo de la campaña electoral de Macri, irá a Hacienda. Las estimaciones oficiales anticipan que durante los próximos 12 meses el PIB subirá 3,5% y que la inflación será de 17%, una cifra que puede parecer exorbitante en cualquier país del mundo pero no en Argentina, acostumbrada a índices que dan miedo.

La salida de Prat-Gay, de 51 años, encontró a Macri de vacaciones en Villa La Angostura, un exclusivo pueblo de montaña cerca de Bariloche, en la Patagonia. Prat-Gay viajó hasta allí para recibir en persona la noticia de su alejamiento. Los reemplazos no tardaron en llegar. Caputo es un hombre del núcleo duro del macrismo, señal de que ante las malas noticias el presidente ha preferido fortalecer a sus íntimos y, al mismo tiempo, mantener el control de las decisiones. Caputo fue, además, clave en las negociaciones con los llamados “fondos buitre”, aquellos acreedores que no aceptaron la renegociación de sus deudas y llevaron a Argentina a una situación de default técnico. Dujovne, en tanto, es un hombre de consulta permanente del Gobierno.

Peña reconoció que las diferencias con Prat-Gay fueron decisivas en su alejamiento. “No fueron diferencias sobre política económica sino sobre el proceso de toma de decisiones, no son discusiones de fondo, sino de organización o de cuál era la mejor forma de garantizar una coherencia al equipo. En ese caso siempre prima la visión del presidente, que es el que tiene que dirigir el equipo”, explicó el jefe de Ministros.

La estructura que Macri dio a la gestión económica ha sido la raíz de esas diferencias. En un país acostumbrado a tener ministros de Economía todopoderosos, el presidente dividió la cartera en seis: Hacienda y Finanzas, Energía, Trabajo, Agricultura, Producción y Transporte. Ahora ha partido las dos primeras, lo que ha dejado la polítca económica en manos de siete ministros. Prat-Gay fue siempre crítico de esa división de funciones, porque a su entender complicaba la toma de decisiones.

El ahora exministro dejó su cargo con varios hitos. En diciembre eliminó el cepo cambiario, la política de control de cambios impulsada por el kirchnerismo para evitar la fuga de dólares. La medida derivó en una devaluación del 40% en el valor peso. En abril, el ministro anunció el pago de 9.300 millones de dólares a los acreedores que demandaron a Argentina ante un tribunal de Nueva York. Pero también ha cargado con el lastre de la demora del despegue, prometido por Macri para un «segundo semestre» que nunca llegó. El último dato del Indec, la oficina pública de estadísticas, determinó una caída interanual del PIB de 3,8% en el tercer trimestre.

Prat-Gay fue también el rostro amable de un Gobierno que redobló esfuerzos por atraer inversiones extranjeras. Su figura dentro del Gabinete, con todo, se fue desdidujando cuando se hicieron evidentes las diferencias con otros pesos pesados del macrismo, como el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Ambos cargos se enfrentaron en una velada batalla por el control de la inflación. Prat-Gay nunca estuvo de acuerdo con la política de altas tasas de interés impulsadas por el Banco Central para enfriar la economía, una estrategia que chocaba con sus intenciones de activar las inversiones para contrarrestar la caída del PIB.

Macri debe ahora cumplir con las expectativas, sobre todo porque ya ha sacrificado a uno de sus alfiles más preciados. La paciencia de los argentinos tiene un límite y en la Casa Rosada son conscientes de ello.»