Pastor evangélico abusador

El hecho habría ocurrido en San Miguel, cuando el hombre se quedó al cuidado del niño. La hermana del acusado, encontró al menor desnudo en la cama, llorando.

«Mi hija me dio a mi nieto para que se lo cuidara y ese día justo se encontraba también en mi casa mi hermano, que se llama Carlos Núñez y siempre está en un templo evangélico, rodeado de chicos.Le dije: ‘Carlitos, voy a comprar algo y vuelvo’. Pero cuando estaba llegando a la ruta, analicé que podía ir más tarde y volví a mi casa. Cuando llegué al portón, escuché los gritos de mi nieto y yo entré desesperada. Ví que mi hermano salía de la puerta del cuarto, le pregunté qué había pasado y sólo me contestó algo referente a una luz», señaló María Angélica, la abuela del nene en declaraciones a los medios..

«Entré corriendo a la pieza y vi a mi nieto desnudo y gritando. Quise agarrarlo, se tiró para atrás y me repitió varias veces: ‘no te voy a decir lo que pasó, no te voy a decir’. Lo alzé a upa de todas maneras y fui a preguntarle de nuevo a mi hermano qué había pasado, pero ya se había ido. Yo jamás me habría imaginado que era capaz de abusar de alguien», siguió la mujer con su relato.

El hijo de Angélica, Emiliano Vidal contó que hicieron la denuncia y después fueron a buscar a su familiar. «Cuando lo agarramos entre cinco, pidió perdón, eso lo escucharon todos los que fueron conmigo», señaló el joven a Crónica.

Sin embargo, días después Emiliano vivió un episodio de violencia. «yo estaba durmiendo y entraron tres hombres a mi casa, estoy seguro de que fueron mandados por mi tío. Estos tipos me hicieron 10 tajos en la cabeza. Uno de los que me pegó tenía un guante de látex y un revólver. Es más, perdió el guante en mi casa y se lo llevé a la Policía cuando hice la denuncia por los golpes», narró.

«Empecé a hacer fuerza para afuera de mi casa mientras me sujetaban, yo no quería caerme al piso porque sabía que había venido para matarme, no para asustarme. Salieron corriendo porque había testigos en la calle que los intentaron seguir, pero los perdieron de vista. Me senté todo ensangrentado y mi hermano me llevó a la clínica. Y la noche anterior, ya había ocurrido algo raro. Unos tipos se bajaron de autos, también de eso hay testigos», contó Emiliano.

Según Emiliano, su sobrino «está exaltadísimo. Cuando se despierta, lo hace llorando y sigue repitiendo que no va a contar nada». Y agregó: «Desde que mi tío Carlos se fue aquel día de la casa de mi mamá, el nene se hace pis y caca encima».