Raúl Castro y Obama «hablaron del futuro»

En lo que constituye la primera reunión en más de 50 años, los presidentes de Cuba y de Estados Unidos conversaron durante una hora en un salón del Centro de Convenciones de Ciudad de Panamá, en un aparte de la reunión plenaria de la VII Cumbre de las Américas.

En lo que constituye la primera reunión en más de 50 años entre presidentes de Cuba y de Estados Unidos, Raúl Castro y Barack Obama conversaron durante aproximadamente una hora sobre las negociaciones iniciadas hace cuatro meses para la reanudación de relaciones diplomáticas, en un salón del Centro de Convenciones de Ciudad de Panamá, en un aparte de la reunión plenaria de la VII Cumbre de las Américas.

«Ahora estamos en condiciones de avanzar en el camino hacia el futuro», dijo Obama, ante lo cual su interlocutor retrucó: «estamos dispuestos a hablar de todo, pero necesitamos ser pacientes, muy pacientes. Puede ser que nos convenzan de unas cosas y de otras no, no hay que hacerse ilusiones».

La reunión cara a cara de Castro y Obama fue el corolario de una larga sucesión de señales emitidas desde ambos lados que se concretó, con mucho de simbología, durante la primera Cumbre de las Américas a la que asistió Cuba.

El jefe del Estado norteamericano señaló durante la charla que está dispuesto a «pasar la página» con Cuba, y resumió: «Obviamente, esto es un encuentro histórico».

Mientras Obama puso el énfasis en que la prioridad ahora es la apertura de embajadas en La Habana y Washington, el cubano dejó en claro su satisfacción por el compromiso asumido por el estadounidense en cuanto a que tramitará ante el Congreso el levantamiento del bloqueo comercial y el quite de Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo.

La reunión, que comenzó poco después de la foto tomada a los presidentes que participaron de la cumbre, pasado el mediodía, ocurrió prácticamente a cuatro meses del 17 de diciembre, cuando Obama y Castro, cada uno por su lado, anunciaban el inicio de conversaciones tendientes a la reconciliación de ambos países.

Luego de la reunión Obama defendió las conversaciones con la isla al afirmar que «Cuba no es una amenaza» para su país.

En una conferencia de prensa, calificó como «sincera» la charla con Castro, y dijo que ambos tuvieron la oportunidad de «hablar honestamente» sobre sus diferencias.

De todos modos, alejó la posibilidad de anunciar hoy mismo el retiro de Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo porque aún no pudo analizar la recomendación en ese sentido que le brindó el Departamento de Estado.

El canciller cubano, Bruno Rodríguez, leyó una declaración según la cual la reunión se desarrolló en un clima “respetuoso” en el que se analizó una amplia “variedad de temas” y se coincidió en “la necesidad de crear ambiente propicio para avanzar hacia el restablecimiento de las relaciones diplomáticas”.

Puntualizó que «el levantamiento del bloqueo es esencial para avanzar hacia la nornalización de relaciones», y mostró su confianza en que «Obama posee facultades amplias que pueden modificar aspectos sustanciales» de la situación, en referencia a esa medida.

«El presidente cubano expresó que es necesario eliminar las políticas de EEUU que afectan directamente al pueblo cubano y que están dirigidas a promover cambios en el sistema político y socioeconómico del país», enfatizó el jefe de la diplomacia cubana.

También señaló la necesidad de «aprovechar los intereses comunes en diversas áreas, entre ellas el combate al narcotráfico y el terrorismo, la búsqueda de la ciberseguridad, la protección del medio ambiente, la investigación en materia de cambio climático y el enfrentamiento de pandemias».

«Pese a profundas diferencias podemos convivir de manera pacífica y civilizada en beneficio de nuestros pueblos, lo que contribuiría a la paz en la región», consginó por último Rodríguez.

La conversación entre los dos presidentes ocurrió luego de que ambos hablaran en el plenario, ocasión en que adelantaron algunas de las posturas que luego mantuvieron frente a frente.

Obama adelantó ante sus pares del continente que le pedirá al Congreso de su país que «comience a trabajar para suspender el embargo vigente desde hace décadas» contra la isla, decisión que enmarcó en una postura por la que «Estados Unidos se centra en el futuro”.

Castro le agradeció en el plenario por su anuncio, y le pidió disculpas por los fuertes cuestionamientos que hizo sobre la intervención estadounidense en la isla.

«Pido disculpas al presidente Obama y a otros por expresarme así. Yo mismo le dije que la pasión se me sale por los poros cuando de la Revolución se trata. Le pido disculpas porque el presidente Obama no tiene ninguna responsabilidad en nada de esto, como los diez anteriores. Todos tienen deudas con nosotros, menos el presidente Obama», agregó.