Rige veda en Santa Fe

La veda electoral que rige desde las 8 de la mañana de este viernes sumió en un silencio temporario a los cinco candidatos habilitados tras las PASO para pelear el domingo por la gobernación, en una elección que se anticipa muy reñida y con final incierto.

Las calles de Rosario y de Santa Fe, las dos ciudades más populosas de esta provincia, amanecieron como nunca empapeladas, de arriba a abajo, con pegatinas y afiches de las tres fuerzas que concentran la pelea: el Frente Progresista, el PRO y el Frente para la Victoria.

Todas las propagandas calcan la misma gráfica: rostros gigantes de los candidatos a gobernador y vice, que sólo se diferencian entre sí por el slogan y el color, naranja para el socialismo, amarrillo para el PRO y celeste para el PJ.

Los equipos del oficialista Miguel Lifschitz y el macrista Miguel Del Sel concentraron sus esfuerzos en la idea de «cambio». Mientras el primero asegura «Seguimos siendo el cambio», el PRO batalla a nivel nacional con «El cambio es posible». El peronista Omar Perotti rompe, en cambio, con esa tesis: «Es momento de gobernar», pregona en una apuesta con la que busca probar su capacidad de gestión más allá de los límites de la intendencia de Rafaela o la Cámara de Diputados de la Nación.

Pero el resultado de la elección está más allá de lo que fue está furibunda campaña llena de cruces verbales, de uno y otro lado. El domingo, los santafesinos decidirán si revalidan, votando a Lifschitz, el modelo de gestión que hace ocho años encarna el socialismo en sociedad con el radicalismo, o si aplican con su voto un giro en el timón ungiendo gobernador a Del Sel o a Perotti. También están habilitados para la pelea el massista Oscar Martínez y el referente del Frente de Izquierda Octavio Crivaro.

Cualquiera de las opciones tendrá un fuerte impacto político a nivel nacional, especialmente para los planes presidenciales de Mauricio Macri y de Daniel Scioli, quienes se mostraron varias veces junto a sus candidatos en las últimas semanas en esta provincia.

Todas las encuestas encargadas por los protagonistas dan resultados diferentes, pero confirman una tendencia que es palpable en el mano a mano con los habitantes de esta provincia: ninguna de las tres fuerzas con mayores chances tiene asegurada una victoria cómoda, por una diferencia superior al menos a los cinco puntos.

Por todo esto, los responsables del operativo de los comicios anticipan que recién a la medianoche del domingo habrá una tendencia de las elecciones. El director de Reforma Política y Constitucional de Santa Fe, Oscar Blando, además, condicionó ese final a lo ajustado que puedan estar los resultados en las diferentes categorías pese a la simplicidad de la boleta única.

«Todas las indicaciones partidarias como las encuestas anuncian un final muy parejo y esto puede demorar la hora en que se conozca una tendencia definitiva», subrayó el funcionario del gobierno de Antonio Bonfatti.