Sabina a pleno en Tigre

Con una puntualidad para destacar comenzó su show Joaquin Sabina, frente a una multitud que lo esperaba en el playón de trenes de la estación de Tigre. «Ahora que…» fue el tema que eligió para empezar a enamorar a más de 60.000 personas que lo esperaban desde la tarde.

Fue el último concierto de su gira sudamericana «500 noches para una crisis» y confesó que quería despedirse de la popular. Por eso el repertorio fue lo mejor de sus clásicos: 19 días y 500 noches, Barbi superestar, Una canción para la Magdalena, A mis cuarenta y diez, Donde habita el olvido.

Contó que a la tarde había recibido una camiseta de Tigre con el 10 en la espalda y pidió perdón por la «doble militancia», ya que no «puede dejar de ser Bostero». Sonó «dieguitos y mafaldas». El flaco andaluz se ríe de sus 63 años y como prólogo de «nos sobran los motivos», demuestra que le sobra pluma para recitar:

Lo peor del amor cuando termina
son las habitaciones ventiladas,
el puré de reproches con sardinas,
las golondrinas muertas en la almohada.
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.

Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a la hoguera los archivos.

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando al punto final de los finales
no le siguen dos puntos suspensivos…