Testimonios en juicios de Lesa Humanidad

La declaración de Luz Faingold abrió la etapa de testimonios en las causas que involucran a los exjueces Miret y Romano, entre otros. Además, dos testigos declararon sobre desapariciones y detenciones ilegales cometidas en 1976.

Con la declaración de Luz Amanda Faingold se abrió la etapa de testimoniales sobre la causa en la que están involucrados los exjueces Luis Miret y Otilio Roque Romano, entre otros. La nueva audiencia en el IV Juicio por delitos de lesa humanidad desarrollado contó además, con la declaración de Carlos Fabián Patroni, por la desaparición forzada de los militantes Aldo y Carlos Patroni; y la de Carlos Fortunato Parra sobre la detención ilegal de su hermano, Atilio.

La causa de los exjueces

Luz Faingold comenzó su relato describiendo la actividad política en la que participaba cuando cursaba quinto año del secundario en el Liceo de Señoritas. Relató al tribunal episodios que antecedieron a su detención, ocurrida el 28 de agosto de 1975.

Aquella noche, Luz junto a su novio, el estudiante de medicina Eduardo Glogowsky y una amiga en común, María Susana Liggera, se dirigían a una casa en donde finalmente fueron violentamente golpeados y trasladados al D2.

La testigo relató los oscuros recuerdos desde el momento en el que fue alojada en una celda, atada de manos con los ojos vendados. Con firmeza la testigo declaró haber sido abusada sexualmente en aquella celda y posteriormente haber sido atendida por una doctora. De esta declaración se desprende una prueba más sobre las violaciones sistemáticas cometidas en el D2.

En el D2 coincidió con otros compañeros de militancia en la OCPO (Organización Comunista Poder Obrero) entre ellos recordó a Juan Carlos Yanzón y Raquel Miranda.

A los días recibió la visita de una persona vestida de traje y corbata. Luz reconoció a esa persona como el entonces fiscal Otilio Romano, quien resolvió no dar lugar a la restitución solicitada por la familia Faingold. Luz pudo identificar que se trataba de Romano por la publicación de su fotografía en un medio local. “Cuando vi la foto de Romano me descompuse”, expresó la testigo al ser indagada sobre este punto. Tras aquella visita permaneció en el D2 y luego trasladada al Hogar de Niñas de Youma.

Durante su permanencia en el Hogar fue llevada al Juzgado Federal Provincial ante la presencia del exjuez Luis Miret. “El Dr. Miret me recibió a los gritos y de manera violenta me decía subversiva”, expresó la testigo y recordó que sus padres intercedieron nuevamente solicitando la restitución de Luz, quien para entonces era menor de edad.

Permaneció incomunicada en el Hogar; sólo logró escribirle una carta a una amiga íntima en donde relataba lo sufrido en el D2. Recién entonces su familia tomó conocimiento sobre la tortura padecida por Luz. Dos semanas después, la Cámara Nacional de Apelaciones resolvió darle la libertad que Miret y Romano le habían negado.

Ya en libertad, continuaba el juicio que la condenaba a tres años de prisión y un 17 de marzo de 1976, su madre la alertó sobre la presencia de militares del Ejército Argentino en su casa. Intentó escaparse pero fue nuevamente detenida. “Me decían que sólo tenía que ir a declarar. Eran las cinco de la mañana y quien dirigía el operativo me dijo: vos sos carne de cañón”, expresó Luz, al recordar aquel hecho en donde nuevamente fue llevada al D2. En aquella oportunidad estuvo acompañada por su familia. “Al llegar el jefe del operativo le dijo a mi madre: váyase y sáquela del país”.