Una ONG denuncia la usurpación de un predio en Santa Fe

La ONG Vida Silvestre denunció que el capataz de la estancia El Carmen, propiedad del único hijo del premio Nobel de la Paz Carlos Saavedra Lamas, busca quedarse con el predio de 2000 hectáreas en San Mariano, provincia de Santa Fe, que Carlos Roque Saavedra Sáenz Peña le dejó en herencia a la entidad dedicada a la preservación de la naturaleza al fallecer, en 2011.

Según consignó Tiempo Argentino, Hugo Aníbal Gómez se llama la persona que primero dijo ser dueño del terreno, y luego inició una causa por usucapión aduciendo que trabajaba la tierra desde 1995. Vida Silvestre lanzó una campaña para visibilizar la estrategia judicial de Gómez, que «demora la realización de los proyectos de conservación de la biodiversidad argentina, un patrimonio natural indispensable para las generaciones actuales y futuras».

La herencia del primer Nobel de la Paz latinoamericano está signada por los conflictos. En marzo, la medalla de oro recibida por Saavedra Lamas en 1936 por su participación en las negociaciones que llevaron al fin de la Guerra del Chaco fue rematada en los Estados Unidos (ver aparte), y ahora, tres años después de la muerte de su único hijo, Vida Silvestre, ONG a la que había dejado el remanente de la venta de sus bienes, denuncia que un peón de campo quiere quedarse con la propiedad.

Saavedra Lamas, bisnieto de Cornelio Saavedra, tuvo varios cargos en el Ejecutivo Nacional a principios del siglo XX. El laureado argentino se casó con Rosa Sáenz Peña, hija del presidente Roque Sáenz Peña, con quien tuvo un solo hijo y único heredero a su muerte, en 1959: Carlos Roque Saavedra Saénz Peña, quien paradójicamente era amante de las armas y hasta se construyó un polígono de tiro en la mansión donde vivió recluido en el paraje El Diamante, en el noroeste de Córdoba.

El único descendiente del Nobel incluso fue preso por asesinar a dos hombres con los que había tenido un entredicho en julio de 1973. Poco se supo de él luego de su liberación en 1979. En 2011, sin embargo, Vida Silvestre fue contactada por un albacea de Saavedra Saénz Peña, quien les manifestó que su último deseo había sido donar el dinero de la venta de sus bienes a la fundación, por considerarla «seria y efectiva en el cumplimiento de sus objetivos», según manifestaron desde la ONG.

Vida Silvestre aceptó la donación destacando que Saavedra Saénz Peña «cumplió la condena y el legado no tiene que ver con la causa», pero en el momento de concretarse la venta de la estancia hizo su aparición Hugo Aníbal Gómez, diciendo que era el dueño del predio. Sus dichos fueron contrastados con recibos de sueldo firmados por Gómez, que constatan que trabajó para Saavedra como empleado. Entonces, sus abogados cambiaron de estrategia e iniciaron una causa por usucapión.

Vida Silvestre considera que son todas maniobras dilatorias cuyo único objetuvo es perjudicar su compromiso con la preservación de la naturaleza.

Una medalla a subasta

La primera medalla del Premio Nobel de la Paz concedida a un latinoamericano, el político y diplomático argentino Carlos Saavedra Lamas, fue subastada el pasado 28 de marzo en los Estados Unidos. El comprador de la presea de oro –de 65 milímetros de grosor y 222 gramos de peso– eligió quedar en el anonimato y pagó por ella 1.116.250 dólares.

Lo curioso es que la casa de empeño Stack’s and Bowers, que la subastó, señaló que la medalla había llegado a ellos a través de un comerciante de oro que recibió la pieza para su fundición.

Saavedra Lamas había sido premiado por su desempeño como ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina durante las negociaciones que llevaron al fin de la Guerra del Chaco (1932-1935), entre Paraguay y Bolivia.