El éxito de Relatos Salvajes llegó a España
El realizador español Pedro Almodóvar es, además de director, guionista y hasta actor, un gran productor. En ese aspecto, el manchego se cruzó hace algunos con la comedia de Damián Szifrón «Tiempo de valientes», aquella con Diego Peretti y Luque. Según palabras del propio Almodóvar, al verla consideró que debía “estar alerta ante ese chico”.
Así lo relató el director europeo durante una entrevista con el diario El País, donde reveló que en ese entonces le pidió al argentino que cuando tuviera un nuevo guión, se lo pasara a su productora El Deseo. “La espera se nos hizo muy larga”, recordó Almodóvar y añadió lo que sintió cuando tuvo en sus manos el nuevo texto: “Recuerdo hasta en qué lado de la cama estaba cuando leí el guion. Es insólito que te llegue material de esa calidad”, dijo.
Luego de su presentación en Cannes, «Relatos salvajes» llegó a España. Pedro Almodóvar y su hermano coproductor, junto a Damián Szifrón, Leonardo Sbaraglia y Ricardo Darín, contaron en San Sebastián lo que significó trabajar juntos en esta producción que bate récords en Argentina y tiene proyección mundial, habiendo sido vendida a Estados Unidos y varios países de Europa.
“La película visita la humillación, pero el verdadero tema está en lo que ocurre después. Por ejemplo, el placer de la respuesta”, dice Szifrón sobre su film, que apuesta a un mensaje tribunero que bien aplica en países en crisis como España. “Estamos absolutamente desesperados, cerca de la más sombría depresión”, apuntó Almodóvar al respecto y agregó: «A los gobernantes no les afecta el dolor de la ciudadanía”.
Al respecto, Pedro añadió: “Las películas se hacen en un estado de absoluta precariedad, que refleja el estado de la sociedad y de lo que ocurren a quienes están más allá de las cámaras, es decir, de los espectadores”. En ese sentido, adujo que Relatos salvajes, con sus estallidos de rabia, no apoya la violencia: “No es una película a favor de personajes justicieros, sino que sufren enfados cotidianos absolutamente reconocibles y comprensibles. La catarsis dinamiza la acción y siempre es bienvenida”, apuntó.