Sequía en México
Como cada mañana desde hace 26 años, Delfina Salinas, una robusta mexicana de 55 años,prepara rutinariamente su burro con un armazón, canastas y bidones de plástico y camina media hora por empinadas calles de terracería junto a su animal en busca de agua.
«Ya estamos acostumbrados a estar trabajando para cargarla. Si no va uno por el agua, el agua no viene a nosotros», explica mientras se seca el sudor esta vecina de la comunidad montañosa de Tehuixtitla, en la delegación Xochimilco del sur de Ciudad de México, donde no circula agua entubada.
La peregrinación que de forma rudimentaria hacen los vecinos de Tehuixtitla a la única bomba pública de agua en su zona refleja la problemática que se vive hoy en día en México, la segunda economía de América Latina, donde 10,5 millones (9,1%) de sus 118 millones de habitantes no tienen cobertura de agua potable, según cifras oficiales.
Igual que Delfina, Lourdes Torres, un ama de casa de 39 años, madre de tres hijos, espera turno en la bomba con sus dos burros para cargar con mangueras 160 litros de agua en los depósitos que cuelgan del lomo de los animales.
Una vez en su casa, vierte a pulso el contenido de los depósitos en unos improvisados tinacos donde suelen aparecer insectos. De ahí, lo toma con pequeños cuencos para ducharse cada tres días y luego reaprovechar ese agua turbia en otros botes con los que limpiará el baño, trapeará o regará sus plantas.
«Sí es feo andar así, sobre todo pensando que hay gente que tiene agua y la tira, y uno pasando pena acá», reconoce Torres.