La F1 entró en crisis
El máximo evento del automovilismo mundial sufre de un síndrome similar al que, por ciclos, ingresa la Argentina y se debate en variantes para aumentar el interés de los fanáticos, recortar gastos e incrementar sus ingresos.
El show de la Fórmula Uno (F1) parece no serlo tanto por estos días en los cuales el mayor evento mundial del automovilismo deportivo atraviesa una crisis con condimentos que se asemejan a lo que le ocurre también a la economía de la Argentina. Es decir, fuerte caída de popularidad, pérdida de rentabilidad y aumento de costos. Esta peligrosa combinación de problemas llevó a que los máximos responsables del circo de la F1 a crear una especie de comité de crisis que tiene el mandato de encontrar alternativas que permitan recuperar el brillo, y los millones de dólares, que este deporte siempre ha tenido y facturado. Y la primera reunión de este grupo será hoy en Biggin Hill, una localidad cercana a Londres.
Hasta allí llegarán todos los integrantes de la Comisión de Fórmula 1, integrada por todos los jefes de los equipos que participan del circuito; promotores; patrocinadores y representantes de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y Formula One Management (FOM). También se espera la presencia de Jean Todt y Bernie Ecclestone, los máximos responsables del evento. El encuentro tiene como agenda única lograr un acuerdo sobre los recortes de costos que reclaman los equipos menores; encontrar una variante para lograr que incremente su popularidad y mejorar el nivel de ingresos.
Al respecto, la revista británica Autosport publicó un artículo en el cual se asegura que los organizadores de la F1 está preocupados el poco interés que despierta la categoría y por eso buscan cómo mejorar el espectáculo para hacerla más atractiva.
La inclusión de estos artículos demuestra que los jefes de la Fórmula 1 están tomando en serio el hecho de que las audiencias de televisión están sufriendo un declive en todo el mundo, asegura el artículo del medio británico. También se plantea una crítica a la decisión de sus organizadores de haber descuidado la adopción de nuevas tecnologías (como las redes sociales), algo que otros deportes como el motociclismo han realizado con éxito.
Otro de los temas que parece alejar a los fanáticos es el menor nivel de ruido que ofrecen los nuevos motores turbo, más más silenciosos que los anteriores V8 atmosféricos. La mayoría de los fanáticos de este deporte cuestionan que los autos sean menos estruendosos que los de años anteriores.
Por eso, también se debatirá hoy sobre el problema del ruido, tras la prueba fallida realizada por Mercedes con el megáfono (escape con forma de trompeta) en Barcelona.
Además, habrá charlas sobre la creación de un Salón de la Fama de la F1 por parte de la FIA y otros colaboradores.
Pero, sin dudas, el objetivo principal de la reunión será el de refrendar una serie de medidas de reducción de costos que han sido propuestos por el Grupo de Estrategia de la F1. De hecho, la FIA pretende que los ahorros de gastos en los presupuestos ya estén operativos para el próximo año, a pesar de la negativa de los seis equipos más grandes y del FOM.
Entre las alternativas para alcanzar este objetivo se destacan el uso de elementos estándar; una reducción potencial en el número de impulsores; nuevo recorte en el uso del túneles de viento y de CFD (sistemas que simulan dinámica de fluidos); cambios en el calendario de fin de semana, además de retoques en los tests que incluirán restringirlos a circuitos de Europa.
En este sentido, el artículo de Autosport explica que la Comisión de F1 sólo puede aprobar o rechazar artículos, pero no tiene potestad para introducir modificaciones en lo que se ha propuesto. La nota recuerda que habrá una reunión del Consejo Mundial del Motor de la FIA en Munich el próximo 26 de junio en la cual se intentarán ratificar todos los elementos que hayan sido acordados por mayoría simple en la Comisión de F1.
Una vez finalizado este mes de junio, las reglas para 2015 sólo se pueden cambiar con el apoyo unánime de todos los equipos, algo que los autores del artículo consideran poco probable.