Crean una silla que se conduce con la voz
Con una inversión de 3500 pesos mexicanos (menos de 2200 pesos argentinos), Juan Aarón Chávez Godínez, Itzel Sánchez Cosío y Daniel Ernesto Vidriales Mendoza, alumnos de Ingeniería en Tecnología Computacional de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (UABCS), conluyeron en poco más de un año su proyecto «Hybri Voz», una silla de ruedas pensada para que la puedan conducir personas con capacidades motrices reducidas.
«Los muchachos agarraron una silla motorizada obsoleta que tenían abandonada e hicieron un dispositivo que se conecta a un acelerómetro y ayuda a leer las inclinaciones», explicó a Télam el profesor de la UABCS Miguel Ángel Espíritu, quien junto a otros tres colegas asesoraron a los estudiantes durante el desarrollo.
Para conducirla, se le pone al usuario un auricular en la oreja y al inclinar la cabeza hacia algún lado, la silla se mueve en la misma dirección.
«Hybri Voz» se complementa con una aplicación móvil -de desarrollo propio- que se conecta a la silla por medio de bluetooth. Así, el teléfono registra palabras clave como «avanza, izquierda, derecha, gira, para» y las transmite a la silla, que las interpreta.
Como el proyecto está destinado a personas con discapacidad, también se le instaló un sistema de seguridad que consta de dos censores. Uno de ellos, en la parte del frente, hace que la silla se detenga cuando deja de detectar el piso porque interpreta que puede haber, por ejemplo, un escalón.
«Este sensor es nuestro auxiliar para que esta persona no sufra un accidente, y hace que la silla retroceda por sí sola», señaló Chávez Godínez en diálogo con Télam.
En la parte de atrás hay otro sensor que actúa de la misma manera y hace que la silla se detenga antes de chocar.
La aplicación en cuestión fue desarrollada para dispositivos con Android y los creadores no tienen pensado programarla para otra plataforma.
«Usamos ese (sistema operativo) porque la mayoría de los teléfonos en el país usan ese sistema. Desarrollarlo para otros sería muy costozo. Podría ser para un iPhone, pero ese mercado es más pequeño el mercado, y lo que intentamos es que sea más barato el acceso», señalaron los estudiantes.
La aplicación se hizo con software libre, «a partir de las librerías de Google que están disponibles en su página. Las descargamos en el teléfono y eso hace que no necesite conexión a Internet», por lo que no hay riesgo de que la silla se detenga por falta de conexión.
Consultados sobre si planean desarrollar «Hybrid Voz» para venderla, los jóvenes sostuvieron la Universidad está explorando la posibilidad de patentarla, «pero es un proceso largo que dura entre seis meses y un año».
«La idea es que no se quede como un prototipo, que pueda ayudar realmente a gente que lo necesita. Todo lo que hacemos es pensando en eso a futuro», señalaron.
La idea del proyecto surgió después de que el docente Miguel Ángel Espíritu realizara un servicio social en un centro de rehabilitación para personas con discapacidad, en 2008, y constatara que «en Latinoamérica hay pocos países que se dedican al desarrollo de dispositivos para gente con discapacidad, que son caros».
En este sentido, este Departamento de la UABCS también está embarcada en el desarrollo de una impresora braile y un mouse corporal.
La primera funciona como un editor de texto, con un sistema de retroalimentación que permite escuchar las palabras mientras se escriben. Un grupo de alumnos desarrolló el hardware, una impresora de madera, con un motor que perfora con clavos sobre una hoja e interpreta lo que se teclea en la computadora.
En tanto, al igual que la silla, el mouse corporal funciona «por inclinación, para auxiliar a personas que hayan sufrido la pérdida de alguna extremidad, tanto inferior como superior, pero que tengan la capacidad de mover la cabeza, que es la que dirige al cursor», explicaron.