Qué pasó con Serena?
La número uno se mostró desorientada y con evidentes problemas de coordinación. Fue atendida por la médica del torneo y abandonó tras disputar apenas tres games. La organización explicó que sufría una infección viral.
Durante el calentamiento le alcanzan pelotas, pero no puede tomarlas. Se escapan de sus manos. Luego se sienta en el banco y apoya la frente sobre la palma de su mano izquierda. Se la nota deteriorada. La médica del torneo la examina, toma su presión arterial, controla sus reflejos. Aun así, decide jugar. O intentarlo. Otra vez las pelotas se escabullen. Intenta sacar y ni siquiera llega a la red. Vuelve a probar y su impacto, con un extraña parábola, vuela detrás de la línea final de la cancha. No va más. La imagen, más preocupante que graciosa, ocurrió en la cancha número 1 del All England de Wimbledon y tuvo como desafortunada protagonista a Serena Williams.
La estadounidense debió retirarse del partido de segunda ronda de dobles que estaba disputando, junto a su hermana Venus, ante la alemana Kristina Barrois y la suiza Stefanie Voegele, cuando perdían 3 a 0 en un encuentro que poco tuvo de tal y mucho de un espectáculo indeseable. La organización explicó que la quíntuple campeona del certamen, tanto en singles como en dobles, padecía una «enfermedad viral». «Pensé que podría jugar esta mañana, porque tenía muchas ganas de competir, pero esta infección se llevó lo mejor de mí», explicó Serena a través de una carta.
Antes del abandono, la número uno del mundo, de 32 años, se había mostrado desorientada y con evidentes problemas de coordinación, impropios de una jugadora de su nivel. En su juego de saque, el tercero y último del partido, cometió tres groseras doble faltas. Tras ello, se fue al vestuario junto a Venus y ya no regresaron.
Así se cerró una olvidable actuación de Serena en Wimbledon. En el certamen de singles, había caído en tercera ronda frente a la francesa Alize Cornet por 1-6, 6-3 y 6-4.