Nuevas reuniones entre bancos y fondos buitre
En medio de una oleada de rumores, desmentidas oficiales y privadas, las entidades financieras argentinas de capital privado nacional mantuvieron su primera reunión ayer con los tenedores de deuda defaulteada, encabezadas por el fondo buitre NML Capital, del magnate Paul Singer. La propuesta de los bancos sería el pago de U$S 1600 millones en cuotas, con un monto inicial de U$S250 millones.
La delegación financiera viajó el martes a la noche a Nueva York para reunirse con los fondos buitres y ayer tuvieron una prolongada reunión que se extendió hasta la noche, cuando los fondos buitre se retiraron, negando la posibilidad de un acuerdo.
De acuerdo a distintas versiones circulantes los representantes de los fondos utilizaron como excusa el discurso del ministro de Economía, Axel Kicillof para justificar que no se haya cerrado con éxito la negociación. Sin embargo, el ex presidente del Banco Central, Aldo Pignanelli, desmintió de forma tácita esta teoría al reconocer que «que se firmó una carta de intención para abrir negociaciones de manera tal que los bancos privados compren el total de la deuda en poder de los acreedores en litigio, y así levantar el default».
Esto explica por qué los bancos locales enviaron, entre otros a Sebastián Palla, quien tiene una amplia trayectoria histórica en la reestructuración de la deuda. Palla, nacido en 1974, se graduó en Economía en la Universidad Di Tella y ocupó la subsecretaría de Finanzas, por debajo de Guillermo Nielsen durante el mandato del ministro de Economía, Roberto Lavagna. En 2005, durante dicha gestión, el gobierno realizó el primer canje de deuda.
Ante el revés de los buitres, una parte de la delegación se quedó en Nueva York para seguir negociando, mientras que otra regresó a Buenos Aires, reveló Tiempo Argentino. Se desconoce si Palla pertenece al grupo que permanece en Estados Unidos. Otro dato sugestivo que refuerza la versión de que se pasó a un cuarto intermedio en la negociación es el silencio de Singer, quien en ningún momento denunció un fracaso de la operatoria con los bancos nacionales. Existen diferentes versiones sobre la propuesta a los buitres; desde una compra del total por U$S 1600 millones en cuotas, con un monto inicial de U$S 250 millones, a un pago en dinero o en bonos de esa magnitud como garantía para que los buitres impongan una medida cautelar.
Dado que Argentina se ve imposibilitada de generar una mayor oferta que la propuesta en el canje, los bancos y otras empresas buscan llegar a un acuerdo entre privados en mejores condiciones. Algunas de ellas tendrían intereses económicos concretos que podrían ser vulnerados en el caso de un evento crediticio similar a un default, ya sea por tener títulos reestructurados que no llegarían a cobrar, como bonos y acciones nacionales que podrían perder valor ante tal evento. Otras son empresas públicas en el mercado de capitales, y su cotización podría ser vulnerable.
Según el vicepresidente del Banco Ciudad, Juan Curutchet, en ADEBA «se habló de armar una ‘vaquita’. Al ser los bancos los que ponen la plata, no operaría la cláusula RUFO.» Asimismo, el gerente financiero de banco Piano, Francisco Ribeiro Mendoça indicó que “la negociación es por el plazo del stay, hasta septiembre o enero. Entiendo que las partes están tirando de la cuerda para maximizar sus posiciones.»