El Papa y la “alegría” de la Copa
No fue con el frenesí como lo habían hecho en diciembre tras la obtención del Torneo Inicial. Ahora hubo un poco más de planificación aunque la misma emoción. La Libertadores tiene un significado especial para San Lorenzo, Para todo San Lorenzo. Para todos sus hinchas, incluso los especiales como Jorge Bergoglio. Por eso dirigentes, cuerpo técnico y jugadores no dudaron en viajar al Vaticano para llevarle la copa al Papa Francisco.
Justamente el Sumo Pontífice ayer envió su mensaje. En pleno vuelo de regreso a Roma, luego de su viaje de cinco días a Seúl, la capital de Corea de Sur, en lo que fue la primera visita papal a Asia en 15 años. A diez mil metros de altura, en el avión de de Korean Airlines, tuvo un breve contacto con la prensa y habló de temas relacionados con su viajes pero, la prensa argentina lo consultó por el logro de San Lorenzo, y el Papa se refirió por primera vez a ello. Admitió con gran naturalidad: “Es una buena noticia después del segundo puesto en Brasil. Me enteré en Seúl. Se sabe que el miércoles vienen. Que vengan, es una audiencia pública. Para mí San Lorenzo era el equipo de la familia”.
Luego, consultado por los orígenes de su fanatismo por la institución de Boedo, explicó Jorge Bergoglio que “mi papá jugaba en el equipo de básquet. De chicos también mamá venía con nosotros al Gasómetro. Me acuerdo el equipo del 46, un equipo brillante era San Lorenzo. Lo vivo con alegría. Luego llegaría la pregunta inetivable: –¿Fue un milagro la obtención de la Copa Libertadores? –¿Milagro? Noooo… EL VIAJE. La comitiva cuerva, que por tradición le llevará el trofeo al Sumo Pontífice, tal como había sucedido con la conquista del torneo local, se dividió los días de viajes.
Ya que si bien el presidente Matías Lammens y el vice Marcelo Tinelli, recién partirán esta mañana en un vuelo charter y con la copa entre su equipaje, ayer fueron cuatro los que avanzaron en la visita relámpago al Vaticano. Se trata de los jugadores Julio Buffarini y Juan Mercier, junto al manager Bernardo Romeo y el entrenador Edgardo Bauza, quienes partieron rumbo a Roma desde el mediodía “Estoy feliz por este viaje.
Como católico hay que agradecerle porque mucha gente volvió a creer en la Iglesia gracias a él, por su mensaje de paz y de unión. Ha traído un contagio a nivel mundial”, contó el entrenador azulgrana antes de subirse al avión y todavía con la felicidad por la obtención de su segunda Copa Libertadores como conductor, tras la conquistada con la Liga de Quito en 2008.
El Patón Bauza, por otra parte, también se encargó de manifestar otra faceta, su fastidio “porque mi hijo estuvo con angina y otitis, y por eso ni él ni mi mujer pudieron venir en este viaje”. Aunque luego, con su confianza habitual y sabiendo que nada es imposible se encargó de buscar alternativas a futuro: “Asique vamos a tener que ganar otra Copa para ir todos juntos”.
Pedidos de todo tipo, rosarios bendecidos, estampitas y todo lo que pueda pasar por las manos de Francisco, fueron los encargues principales para esta mini delegación que no sólo cumplirá con un deseo motivado desde la fe, sino que además se mostrará agradecido por la mayúscula difusión de todo lo que rodea a San Lorenzo, club al que en muchos lugares del mundo se lo reconoce por ser el equipo del Papa.
Además del marketing que rodeará la visita, fueron muchos los integrantes del plantel que quisieron ir, como ya les había tocado a Mauro Cetto y Sebastián Torrico en diciembre, cuando el arquero le obsequió a Francisco los guantes que lo llevaron a la primera conquista en el club. En su pasada frenética, como cuando debe cerrar en el sector derecho de la defensa, o ir en busca de un nuevo desborde, Julio Buffarini reconoció que el viaje al Vaticano: “Es una emoción muy grande, me tomó por sorpresa que me hayan elegido. Soy muy creyente, así que estoy con muchas ganas. Es algo que no se da todos los días, aunque ojalá que le sigamos llevando copas al Papa”, contó el defensor azulgrana, uno de los más reconocidos por sus hinchas del Ciclón.