Pretenden postergar inicio de clases
La Asociación de Pediatría de los EEUU recomendó que los chicos inicien su jornada escolar a las 8:30. Señala que con las horas de sueño suficientes, los chicos tienen mejores calificaciones y menor riesgo de sufrir depresión o sobrepeso.
La Asociación de Pediatría de los Estados Unidos (AAP, por sus siglas en inglés) busca combatir la falta de sueño entre los adolescentes. Para ello, afirma que retrasar el inicio de la jornada escolar hasta las 8:30 o más tarde permitiría que los estudiantes duerman mejor.
En un informe, la organización médica indica que la falta de sueño tiene consecuencias físicas y mentales, al tiempo que impacta negativamente sobre el rendimiento académico de los estudiantes.
La AAP explica que los adolescentes son un grupo que está especialmente en riesgo en lo que respecta a la falta de horas de descanso, ya que sus «ciclos naturales de sueño les hacen difícil dormirse antes de las 23». Así, sostiene, «la pérdida crónica de sueño se ha convertido en la norma».
Según detalla la web del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el horario de ingreso a clase en las escuelas secundarias públicas, oscila normalmente entre las 7:30 y las 8, de acuerdo con el tipo de establecimiento.
De esta forma, es difícil que los adolescentes que comienzan su jornada en ese horario obtengan la cantidad recomendada de sueño, de ocho horas y media a nueve horas en las noches previas a las jornadas de escuela, ya que deben despertarse considerablemente antes para llegar en ese horario.
El informe de la AAP indica que en los Estados Unidos, donde más del 40% de los establecimientos públicos secundarios comienza las clases antes de las 8, la mayoría de los estudiantes de secundaria (alrededor del 87%) duermen en promedio menos de siete horas.
«La investigación es clara en que los adolescentes que duermen lo suficiente reducen el riesgo de tener sobrepeso o de sufrir depresión, y tienen menos probabilidades de estar involucrados en accidentes automovilísticos, a la vez que tienen mejores calificaciones, rendimiento más alto en los exámenes y una mejor calidad de vida en general», sostuvo la pediatra Judith Owens, autora principal de la política y directora de medicina del sueño del Centro Médico Nacional Infantil en Washington, DC. La evidencia de los riesgos es «muy convincente», agregó.
«Estudios han demostrado que retrasar el horario del inicio de clases es un factor clave que puede ayudar a los adolescentes a obtener el sueño que necesitan para crecer y aprender», añadió la especialista.
La AAP señala que los motivos detrás de la falta de sueño en los chicos son «complejos» e incluyen «la tarea, actividades extracurriculares, empleos y el uso de tecnología, que pueden mantenerlos despiertos hasta tarde».
Asimismo, la academia advierte que las siestas, el consumo de cafeína o extender el horario de sueño los fines de de semana «pueden contrarrestar temporariamente el sueño, pero no devuelven el estado de alerta óptima y no son un reemplazo de una cantidad de sueño suficiente y regular».
«La AAP hace una declaración definitiva sobre la importancia del sueño para la salud, la seguridad, el desempeño y el bienestar» de la juventud de los Estados Unidos, indicó Owens y añadió que al abogar por un inicio más tarde de la jornada escolar, la entidad «promociona la evidencia científica convincente que impulsa el retraso del horario de inicio de las clases como una importante medida de salud pública».