Obesidad policial en la Metropolitana
La institución que Mauricio Macri define como «un lujo» muestra un mal estado físico generalizado. El dato se refiere al personal masculino y surge de un informe de la Auditoría sobre 2700 miembros de la fuerza. Sólo el 17% de los hombres tiene un peso normal. En el caso de las mujeres, es el 44 por ciento. Los otros cuestionamientos.
egún consignó Tiempo Argentino, la Policía Metropolitana es uno de los estandartes que Mauricio Macri utiliza como parte de su campaña presidencial. Sobre todo, el jefe de gobierno porteño intenta transmitir los logros de su gestión en materia de seguridad en el interior del país. El alcalde capitalino definió a la Metropolitana como «un lujo» y, cada vez que puede, destaca las bondades de una fuerza que en 2014 recibió el 2,24% del presupuesto local.
Sin embargo, mientras se debate el retiro de la Policía Federal de los barrios en los que ya están desplegados los uniformados de la Ciudad, un informe elaborado por la Auditoría porteña sobre los «recursos humanos» que componen a la institución, puso de manifiesto que la nueva fuerza de Macri comenzó a adquirir viejos vicios, entre ellos, la obesidad y la mala forma física en general. Entre el personal masculino, sólo el 17% tiene una condición de peso normal y el 30% muestra una condición atlética regular, que en el caso de las mujeres ronda el 44 y el 64%, respectivamente para cada una de esas variables.
Los datos corresponden a 2012, pero fueron dados a conocer por el organismo de control de la Ciudad pocas semanas atrás. «El informe es muy crítico de la condición física del personal», resaltó el auditor porteño por el kirchnerismo, Eduardo Epszteyn. El trabajo también da cuenta de la predominancia masculina en la conformación del plantel, así como de la inexistencia de informes de gestión propios en la Metropolitana.
SOBREPESO Y OBESIDAD. Entre los oficiales, oficiales mayores, inspectores e inspectores mayores que constituyen la totalidad de los más de 2700 que realizaron su evaluación anual –sobre los 3800 que conformaban la fuerza al momento del estudio–, un alto porcentaje se encontraba con problemas físicos. Como se dijo, tan sólo un 17% de los hombres tiene una condición de peso normal, mientras que un 47% de los uniformados tiene sobrepeso y un 35% carga con distintos grados de obesidad. Respecto a los niveles de sobrepeso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que a partir del grado de obesidad II pueden considerarse de riesgo elevado. Es el caso del 11% de los efectivos hombres de la Metropolitana.
Más allá de su peor condición atlética, en las mujeres la cifra de obesidad disminuye notoriamente. Si bien el 34% del personal femenino tiene sobrepeso, un 16% padece de obesidad de grado I y tan solo el 4% puede considerarse dentro de los grupos de riesgo.
PERSONAL MASCULINO Y FEMENINO. En cuanto a la distribución de los agentes metropolitanos según grado y sexo, existe un claro predominio de los hombres por sobre las mujeres, con más del 70% del personal, una relación que «se acentúa a medida que se asciende por la pirámide jerárquica». De las cifras se desprende que en el «escalafón más bajo» (Oficial) es donde hay menor disparidad: hay una mujer cada casi 2 (1,77) hombres. A pesar de que la Ley 2497 dispone lo contrario, a medida que se avanza en el escalafón las diferencias son más notorias: entre los Superintendentes, Comisionados Mayores y Comisionados Generales no hay ninguna mujer desempeñándose en el cargo. Por el contrario, existen cuatro mujeres que actúan como Comisionados contra 54 hombres.
Este diario intentó contactar al Ministerio de Seguridad que conduce Guillermo Montenegro para conocer su opinión sobre los distintos aspectos del informe de los auditores, pero fue imposible obtener una respuesta.
Respecto al origen de los efectivos que componen la fuerza, más de la mitad provienen de otras policías. Poco menos de la tercera parte pasó antes por la Federal y casi un 20% hizo carrera en la Bonaerense. Entre la Prefectura, la Armada, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Gendarmería acumulan el 7% de los uniformados puestos en funciones por el macrismo desde 2008. El resto se inició en policías provinciales de Córdoba, Santa Fe o Tierra del Fuego y en el Servicio Penitenciario Federal o de la provincia de Buenos Aires.
El informe muestra altos niveles de ejecución presupuestaria, pero destaca que «ningún legajo de los agentes con estado policial posee Declaración Jurada de Bienes, ni remito o recibo correspondiente, al tomar posesión del cargo». Los auditores tampoco pudieron verificar que se hubieran dictado cursos de capacitación (ascenso o nivelación) mientras se realizó el informe.
LA CUSTODIA DE LA CIUDAD. El trabajo también da cuenta de que, a pesar del aumento sostenido de la cantidad de agentes metropolitanos por cantidad de habitantes, la fuerza no tiene posibilidades reales de custodiar la Ciudad por sí misma. «Con el informe queda claro que la Metropolitana no tiene capacidad operativa para hacerse cargo de la seguridad en los barrios adonde está como única fuerza, y ni hablar del total de la Ciudad. Si tomamos en cuenta que la Federal tiene 25 mil agentes y la Metropolitana 3000 operativos, ¿cuántos años tienen que pasar para que la Ciudad pueda garantizar la seguridad a sus habitantes?», se preguntó Paula Oliveto Lago, legisladora de la Coalición Cívica y antes auditora porteña. En 2010 había un agente metropolitano cada 1654 habitantes de la Ciudad, mientras que en 2012 la ecuación pasó a ser de un policía cada 760 habitantes o cada tres manzanas. «La Policía Metropolitana tiene al 20% del personal en tareas administrativas, cuando el máximo esfuerzo debe estar concentrado en la calle. Allí podemos encontrar las respuestas al miedo que tienen los vecinos a que la Federal se aleje de las zonas donde actúa conjunta con la Metropolitana», explicó Olivetto Lago. «La Metropolitana siempre se negó a darle a la Auditoría la distribución geográfica de los recursos humanos. Nunca pudimos saber cómo estaban desplegados los agentes», recordó el ex legislador Epszteyn.
Una fuerza salpicada
Los casos judiciales que complican a la Policía Metropolitana están generalmente centrados en el accionar represivo de los operativos donde participaron con mayor despliegue. La justicia determinó que la fuerza local fue la autora de los dos asesinatos ocurridos en el desalojo del Parque Indoamericano, en 2010. Una treintena de agentes y altos mandos fueron procesados en primera instancia, pero la Cámara del Crimen revirtió hace pocos meses esa situación en un cuestionado fallo que tendrá que dirimir ahora Casación.
Varios de esos agentes participaron en el desalojo de la Sala Alberdi, donde el exceso en el uso de la fuerza derivó en personas heridas por balas de plomo. Recientemente, la jueza Wilma López ordenó la detención de tres uniformados por la responsabilidad penal en el ataque. A los metropolitanos los defiende el estudio García, Labat, Musso y Righi, de fuerte ligazón con el ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, cuya esposa es una de las socias.
La tercera causa importante está ligada con la represión en el neuropsiquiátrico Borda, donde la justicia primero acusó a los trabajadores reprimidos de agredir a la policía, aunque los expedientes derivados de aquel operativo continúan abiertos. El caso de Gabriel Sobenko, un oficial “skinhead” que participaba de un grupo que reclutaba jóvenes para adoctrinarlos en el antisemitismo y la xenofobia, salpicó a la fuerza en 2011.
La oficial Roxana Pereira fue detenida en un operativo antidrogas en el barrio Ramón Carrillo, donde además se encontró una cocina de cocaína. A la purga inicial de jefes de la Metro con causas penales abiertas, se sumó el caso de Simón Rodrigo, acusado de tenencia de arma de guerra y explosivos. Fernando Pedreira, un ex bonaerense exonerado de la fuerza por torturas y por la muerte de cuatro jóvenes en 2004, falseó su certificado de antecedentes y la declaración jurada (únicas exigencias para el ingreso) y se coló en las filas de la fuerza porteña. Los casos de gatillo fácil también involucraron a los policías de proximidad, en al menos tres casos. A fines de la última semana, dos agentes asaltaron a mano armada con sus armas reglamentarias una financiera del microcentro. Fueron apresados.
En riesgo
11% hombres. Es el porcentaje de efectivos masculinos de la policía porteña que, según la OMS, tiene un grado II de obesidad, a partir del cual hay un riesgo elevado.
Sexo
70% hombres. Existe un claro predominio de los hombres por sobre las mujeres, con más del 70% del personal, lo que se acentúa al ascender en la jerarquía de la institución.
Relevamiento
2700 agentes. Es la cantidad de efectivos que tomó en cuenta la Auditoría porteña en su informe, sobre los 3800 que integraban la fuerza al hacerse el estudio, en 2012.
Informe del Churruca
Los policías federales también. Según un informe del Hospital Churruca, que tiene a su cargo el seguimiento de más de 20 mil federales, el 80% no tiene un peso físico normal. Un 38% de los uniformados tiene problemas de colesterol y más del 30% de los policías fuma tabaco.