Mayer, el héroe de Sunrise
Se descargó cuando terminó con triunfo su partido con Dudi Sela. Y se encargó, en todo momento, de desdramatizar la pareja serie.
No quería que le robaran ni un poquito de mérito.
La cara habitual de bonachón de Leonardo Mayer cambió radicalmente a un gesto de enojo cuando le comentaron que Dudi Sela había adjudicado parte de la victoria contundente a que él no había jugado bien. “¿Dijo que él no jugó bien? ¿No jugó bien o lo cagué a palos? Porque la verdad es que lo cagué a palos.
Yo lo conozco a él y está todo bien, pero a veces hay que reconocer cómo son las cosas”, comentó en tono elevado el Yacaré , quien enseguida pareció sobresaltado por su propia reacción. Era parte de esa misma desinhibición que mostró en la cancha del Sunrise Tennis Club para asumir con coraje que en sus manos estaba la permanencia argentina en el Grupo Mundial y demoler al mejor singlista israelí.
Para gritar en el medio de la cancha que tenía “unos huevos enormes, así de grandes”, y después de la emoción con todos darse un abrazo con su novia, quien estaba en la tribuna.
Leo admitió luego de la victoria que lo sorprendió el desarrollo del juego.
“Pensé que iba a ser largo y bastante más difícil”, comentó el correntino, quien además explicó que llevaba dos días de trabajo en el planteo del partido: “Ya a Dudi lo venía masticando . Lo miré bien durante el partido con Charly y me quedó en la cabeza cómo iba a ser el partido. Desde el viernes que vengo trabajando en eso y pensando cómo hacer para que me salieran las cosas”.
Para la victoria, contó, no sólo tuvo que entrenar el lado técnico sino que también buscó solidificar esa confianza necesaria para espantar los fantasmas, tan habituales en un juego individual. “Hablé mucho con mi psicólogo, Juanjo , anoche y hoy a la mañana -reveló-. Yo me apoyo mucho en él. Uno cuando es más grande va entendiendo lo que le dicen.
Va llegando a la madurez”.
Aunque se lo vio feliz por la victoria, volvió a dar un mensaje en busca de la desdramatización.
Parecido al que había lanzado el viernes, cuando todavía no se sabía el resultado del partido y afirmó: “Si pierdo, nadie se va a morir. Es tenis y nunca te podés olvidar de eso”.
Ahora relativizó la importancia del triunfo, en una muestra más de esa sencillez que parece a prueba de cualquier experiencia. Primero negó que haya sentido este partido “como la última materia” y remarcó: “Todavía me falta una más en todo caso, que es jugar la Copa Davis de local”. Después profundizó: “No lo siento como el gran partido de mi carrera.
Es un partido más.
Un partido lindo, con un contexto muy diferente a todos. Pero si perdíamos, no pasaba nada. Aunque estuviéramos en la B. Argentina estuvo muchas veces en la Zona Americana. Es el deporte.
Si se pierde, el mundo sigue y nadie se muere”.
Una declaración a la altura de esos tiros a las líneas que tanto se festejaron por estos días.