“Ser capitana es un orgullo”
Entrevista de El Gráfico Diario a Macarena Rodríguez, de 36 años, quien fue elegida para llevar la cinta en el seleccionado femenino de hóckey. Pero no se agranda por la responsabilidad: “Soy una más de mis compañeras”.
Firma una camiseta, se saca una foto –o una selfie– y saluda. Vuelve a firmar, a posar y a saludar. La secuencia se repite. Sus compañeras –la mayoría– ya se fueron de la cancha del Cenard esquivando a las 30 ó 40 nenas de hóckey de Huracán que se quedaron hasta el final del entrenamiento para tener ese momento. Lo de Macarena Rodríguez no es nuevo: antes de ser elegida como la nueva capitana de Las Leonas, la mendocina ya tenía esos gestos.
“Me llamó Santiago después de una práctica junto con Carli (Rebecchi) y nos informó que yo iba a ser la capitana a partir de ahora y ella sub capitana. Me sorprendió, no me lo esperaba. Fui elegida por el cuerpo técnico”, cuenta Rodríguez, volante de River, quien sucederá en esa responsabilidad nada menos que a Luciana Aymar, que se retira a fines de año.
“Es un orgullo, una alegría enorme, pero lo tomo con naturalidad. Soy una más de mis compañeras. Quizás la responsabilidad está en que el grupo esté bien, que haya armonía, en preocuparme y servirle siempre al equipo”, agrega la rubia que se formó deportivamente en Andino de Mendoza y que con 36 años, un título mundial (Rosario 2010) y una medalla olímpica de plata (Londres 2012) en su haber, es la jugadora más grande del seleccionado.
–¿Sos de hablar mucho con el grupo, en el vestuario?
–Soy de hablar cuando tengo que hablar. No soy de hacerlo por demás. Siempre trato de dar una palabra de aliento, de estar atenta y de ser positiva tanto adentro como afuera de la cancha.
–¿Cómo ves al grupo hoy?
–Bien, hay mucho recambio y eso implica que lleguen nuevos aires. Nos estamos conociendo y estamos más relajadas. Las más chicas llegan, nos traen ese plus, esas ganas, y eso nos hace bien.
–¿Qué les puede aportar la llegada de Gabriel Minadeo como head coach (remplaza a Carlos Retegui)?
–Lo conozco mucho, es una excelente persona y en este momento le va a sumar un montón al grupo y al trabajo con el cuerpo técnico. Gabriel también va a aportar un aire nuevo con todos sus conocimientos y su experiencia, y eso hace que sea más motivador para el grupo.
–¿Es el hombre del consenso para ustedes?
–Exacto, la idea es calmar y tratar de que haya un orden, una planificación. Que no se piense sólo en las adultas sino también en las inferiores y que trabajemos todos los equipos femeninos una misma línea de juego, que no haya tantas diferencias.
–Decía Minadeo que hay que cambiar el sistema de juego, ¿coincidís?
–Sí. Tiene que ver con que no apostemos tanto a las individualidades, que ya las tenemos, porque tenemos jugadoras que son muy buenas técnicamente, sino a lo grupal. Necesitamos más táctica, más herramientas y sorpresas y eso sólo se logra estando en cancha con un palo y una bocha y trabajando.
–¿Cómo están para el Champions Trophy y qué hay que hacer para volver a igualar el nivel de Holanda, que en los últimos torneos internacionales mostró estar por encima de Argentina?
–Esto no se logra de un día para el otro. Se está iniciando un nuevo proceso y se está tratando de trabajar para formar un equipo para los Juegos Olímpicos. Los procesos hay que entenderlos. Hoy se está haciendo un cambio. Hay jugadoras nuevas, estamos en una etapa de prueba, los entrenadores también están evaluando jugadoras y puestos y diferentes estrategias. Es la etapa que nos toca ahora. A fin de año tenemos en Mendoza el Champions Trophy, que es un torneo importante. Nosotras queremos ganar todos los torneos que jugamos, pero también somos conscientes de la etapa en la que estamos. A veces desde afuera no se entiende y no se ven otros aspectos. Queremos obtener un resultado, pero eso es a corto plazo, y con un resultado no generás nada para el futuro, es sólo el triunfo del momento.
–¿Y hay potencial en el recambio generacional?
–Hay buen material de jugadoras. Hay que pulir cosas y que las chicas entiendan qué juego estamos haciendo, cuándo es individual y cuándo colectivo. Y también tratar de jugar de manera más agresiva a la hora de atacar.
–¿Llegó la calma al seleccionado después de tantas idas y vueltas y de que hubiera jugadoras que renunciaron al plantel y luego regresaron?
–Sí, en este momento sí. Ahora hay que pensar en crecer como equipo. Tratar de que todas se sientan cómodas. Este es un momento de cerrar puertas y laburar en el grupo. Hoy el grupo está bien, pero tenemos que estar enfocadas en lo que tenemos que hacer. Obviamente es un grupo en el que hay diversidad y no todas pensamos igual. Lo que hay que comprender es que adentro de la cancha hay que tirar todas para el mismo lado.