Nueva propuesta de literatura policial
La colección Código Negro, dedicada a la difusión de literatura policial, es una nueva propuesta de la editorial Punto de Encuentro que tiene como objetivo publicar novelas, cuentos, ensayos, artículos y entrevistas de autores de América Latina y España que tengan relación con el género.
La colección, dirigida por Rolo Diez (México) y Roberto Bardini (Argentina), tuvo como primeros títulos los libros El Gordo, el Francés y el Ratón Pérez, de Raúl Argemí; Que en vez de infierno encuentres gloria, de Lorenzo Lunar, Noches sin lunas ni soles, de Rubén Tizziani, y Chau, papá, de Juan Damonte.
El Gordo, el Francés y el Ratón Pérez, de Argemí (La Plata, 1946), se sumerge en una pequeña ciudad del interior, donde el secuestro de la esposa de un magnate local desata una vorágine de ambiciones, traiciones y crímenes en la que se mezclan una mujer fatal, un anciano millonario, un ex policía con un pasado turbio y tres lamentables delincuentes.
Que en vez de infierno encuentres gloria, de Lunar (Cuba, 1958), presenta a Leo Martín, un joven policía cubano que acaba de ser ascendido a Jefe de Sector en un barrio marginal de Santa Clara, donde circulan ron de fabricación casera, carne del mercado negro y estupefacientes, y donde deberá descubrir al asesino de un viejo amigo.
Noches sin lunas ni soles, de Tizziani (Vera, Santa Fe), tiene como protagonista a Cairo, un hombre que deambula por Buenos Aires con un revólver en la cintura a la espera de una oportunidad para huir del país, mientras sus ex cómplices y la policía lo buscan.
Y Chau, papá, es el único libro que publicó Juan Damonte (Buenos Aires, 1945-México, 2005), que lo consagró como escritor de género «negro», fue traducido al italiano y el francés, y en 1996 obtuvo el premio Dashiell Hammett a la mejor novela negra en castellano que se otorga cada año en la Semana Negra de Gijón.
En esa novela, Carlos Tomassini acaba de cumplir treinta años en plena dictadura cívico-militar, y vive las 48 horas más vertiginosas de su vida: complicado por el alcohol, las drogas y la paranoia, además de una «familia» mafiosa que desea redimirlo, policías que lo persiguen, un ex mercenario francés que quiere asesinarlo y la búsqueda de un primo «subversivo» secuestrado por la Triple A.
Entre otras publicaciones, más recientes, figuran Invasor, de Fernando Marías (Bilbao, 1958), una novela llevada al cine en 2012 que fusiona thriller político, género fantástico y relato de terror, como resultado de la indignación del autor por la participación de España en la ocupación de Irak en 2003.
También Lo peor del horror, de Eduardo Monteverde (Ciudad de México, 1948), que reúne 43 crónicas policiales publicadas a lo largo de 25 años, y que, para documentarse, el autor recorrió juzgados, morgues, salas forenses, laboratorios criminalísticos, hospitales psiquiátricos, entre otros lugares siniestros.
Y Que de lejos parecen moscas, de Kike Ferrari (Buenos Aires, 1972), que obtuvo el premio Silverio Cañada a la mejor ópera prima en la Semana Negra de Gijón.