México: llaman a la «resistencia pacífica»
«Esta lucha tiene que ser de resistencia pacífica, es la forma en que podemos transformar el país», dijo José Alcaraz García, uno de los organizadores del llamado Movimiento 43×43, Ni Un Desaparecido Más.
Un grupo de organizaciones civiles de México llamó a ejercer «resistencia pacífica» por el caso de los 43 estudiantes desaparecidos a fines de septiembre en el estado sureño Guerrero pero advirtió al gobierno que no lo «obligue a usar la violencia».
«Esta lucha tiene que ser de resistencia pacífica, es la forma en que podemos transformar el país», dijo José Alcaraz García, uno de los organizadores del llamado Movimiento 43×43, Ni Un Desaparecido Más.
Alcaraz sostuvo que el movimiento, conformado por varias organizaciones civiles, apuesta por «una salida pacífica, la lucha de paz, pero de exigencia firme, porque México no quiere violencia».
«Le decimos al Estado que no nos obligue a usar la violencia», advirtió, sin embargo, al hablar en la manifestación con que el grupo coronó esta tarde, en el Distrito Federal, la caravana de 192 kilómetros que inició el lunes pasado en Iguala, el municipio guerrerense donde desaparecieron los 43 alumnos.
Asimismo, el Movimiento 43×43 reclamó la renuncia del titular de la Procuraduría (fiscalía) General de la República (PGR), Jesús Murillo, quien el viernes pasado informó que tres detenidos afirmaron haber matado a los estudiantes y calcinado sus cadáveres, así como que se hallaron algunos restos humanos en la zona indicada por ellos, pero no confirmó que se tratara de los alumnos desaparecidos.
«El Movimiento 43×43 ha pedido la renuncia de aquel que se cansa», dijo Alcaraz en referencia al fiscal, que en la rueda de prensa del viernes, luego de varias preguntas de los cronistas, dijo que se sentía cansado.
Por otra parte, al menos 14 personas detenidas por la Policía Federal continuaban esta tarde a disposición de la PGR, luego de que una protesta por el caso de los estudiantes desaparecidos terminara anoche con un ataque al palacio presidencial, en el Distrito Federal.
Al terminar la manifestación, de la que habían participado más de 3.000 personas y había transcurrido pacíficamente, un pequeño grupo de encapuchados prendió fuego una de las puertas de acceso al Palacio Nacional y realizó pintadas en sus paredes.
Organizaciones sociales citadas por medios locales sostuvieron que los detenidos eran 18 y reclamaron su liberación inmediata.
Paralelamente, manifestantes encapuchados incendiaron anoche una veintena de vehículos y causaron daños en los tres accesos al palacio de gobierno de Guerrero, en Chilpancingo, la capital estadal.
Tanto las manifestaciones de anoche en Chilpancingo y el Distrito Federal, así como la caravana que llegó esta tarde a la capital del país, fueron hechas para reclamar que aparezcan con vida los 43 alumnos de la escuela normal de Ayotzinapa que desaparecieron en Iguala el 26 de septiembre pasado.
Esa noche, sendos ataques de policías municipales y miembros de la banda criminal Guerreros Unidos a alumnos de esa escuela rural y de un equipo juvenil de fútbol dejaron también seis muertos y 25 heridos.
Mientras tanto, el presidente Enrique Peña Nieto, quien pese a las críticas recibidas no canceló una gira por China y Australia para la que se embarcó anoche, condenó hoy, en una escala en Anchorage (Alaska), el ataque al Palacio Nacional y reclamó enfrentar los «hechos atroces y abominables» de Iguala con «la aplicación de la justicia».
Murillo anunció el viernes que tres miembros de Guerreros Unidos detenidos por las autoridades afirmaron que mataron a los 43 estudiantes, incineraron sus restos y los arrojaron a un basural y a un río en Cocula, a unos 23 kilómetros de Iguala.
Murillo informó que se habían hallado algunas bolsas con restos humanos y cenizas en un estado que dificultaba la identificación, por lo que pidió ayuda a la Universidad de Innsbruck, en Austria, experta en ciertos estudios especiales de ADN.
«El alto nivel de degradación por el fuego hace muy difícil la extracción de ADN que permita la identificación; sin embargo, no ahorraremos esfuerzos hasta agotar todas las posibilidades científicas», señaló el procurador.
El funcionario subrayó que hasta que no haya pruebas científicas sobre la supuesta muerte de los estudiantes, legalmente deben seguir siendo considerados como desaparecidos.
«Mientras no haya pruebas, nuestros hijos están vivos», advirtió Felipe de la Cruz, portavoz del grupo de padres de los estudiantes desaparecidos, y añadió que la información suministrada por Murillo «carece de sustento científico y técnico».