Los restos del cacique Inakayal en manos de su pueblo
La comunidad tehuelche mapuche recibió este martes el cuero cabelludo y el cerebro del cacique Inakayal, que estaban en el Museo de La Plata desde su muerte, con las palabras «Kuifikecheyen Inakayal, newentati rupa, Inakayal, que tu espíritu vuele a la escalinata del Universo», deseando así que su alma descanse finalmente en paz con su pueblo.
Acompañados con el sonar del qultrum (tambor) y el ñorquin (instrumento de viento mapuche), representantes de las comunidades aborígenes tomaron las siete urnas de madera que contienen los restos de Inakayal, el esqueleto y el cuero cabelludo de su esposa y el esqueleto de su sobrina Margarita Foyel, todos fallecidos a fines del siglo XIX en el Museo al que habían sido traídos como prisioneros por el perito Francisco Moreno.
«Leeiee, gla, gla, gla», gritó Lucas Antieco, de la comunidad Newentuaiñ Inchin de la costa de Lupá y Puerto Madryn, en un grito sagrado tradicional de la comunidad tehuelche mapuche, que quiere transmitir la fuerza y supervivencia de esos pueblos.
La ceremonia se realizó este mediodía en el Museo de La Plata, ante autoridades de la Universidad Nacional de La Plata, la Facultad de Ciencias Naturales platenses, autoridades del gobierno de Chubut y las comunidades aborígenes.
En respetuoso silencio, los representantes mapuches y tehuelches recibieron las urnas y constataron su contenido, momento de mucha emoción, que culminó con las palabras y el grito sagrado de Antieco.
«Finalmente daremos sepultura completa a Inakayal, lo llevaremos a Tecka, donde alguna vez fue feliz con los suyos, con los ríos, con la nieve, cazando guanacos, hasta que finalmente apareció acá (en alusión al Museo), lo trajeron vivo con su familia, todo es muy doloroso…estamos vivos pero nuestro corazón está agujereado por toda la mentira y la hipocresía alrededor de lo que fue la Conquista del Desierto», expresó Antieco en la ceremonia.
Recordó que antes de la llegada «de los europeos», los mapuches tehuelches «vivíamos armónicamente en nuestro territorio, con la tierra, el subsuelo, el cielo, las estrellas y la luna, nos guiábamos por los componentes naturales de la tierra».
«Es difícil estar acá, tenemos una pena profunda que escarba nuestra alma, nuestros corazones», agregó.
Inakayal murió en la primavera de 1887 y sus restos, al igual que el de su mujer y sus sobrina, fueron exhibidos en las salas de antropología biológica como representantes de «Razas salvajes que se extinguen».
En 1994 el Museo restituyó parte de los restos del longko (cacique) Inakayal, un proceso que se completará con la entrega de su cerebro, su oreja izquierda y su cuero cabelludo; el esqueleto sin manos y el cuero cabelludo de la mujer de Inakayal y el esqueleto completo, cerebro y cuero cabelludo con orejas de Margarita Foyel, fallecidas meses después que Inakayal.
Marcela Ñanco, de la comunidad Tehuelche-Mapuche Pu Fotum Mapu , joven hija del cacique Angel Ñanco, afirmó a Télam que «mi corazón está contento» y remarcó que la presencia de jóvenes en la ceremonia de restitución tiene como finalidad dejar sentado que «la lucha sigue, la lucha está, va a haber más restituciones, mejores que esta».