De nuevo: EI degolló a un periodista japonés
El espanto volvió a sacudir anoche a Medio Oriente luego de que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) cumplió su amenaza y difundió un nuevo video con la decapitación del periodista japonés Kenji Goto, de 47 años.
Los desesperados intentos de los últimos días de lograr un intercambio de rehenes con el gobierno jordano, que mantiene en prisión a una terrorista iraquí, culminaron así en fracaso.
Tras conocerse la noticia, Japón condenó al grupo islamista, y el primer ministro local, Shinzo Abe, convocó de urgencia a su gabinete.
«No puedo evitar sentirme indignado porque un acto de terrorismo inhumano y despreciable como éste haya sido cometido nuevamente», dijo el secretario del Gabinete, Yoshihide Suga, a periodistas. «Nosotros condenamos esto categóricamente», agregó.
Hace exactamente una semana un video de EI mostraba supuestamente el cadáver decapitado de otro rehén nipón, Haruna Yukawa.
Una vocera de la Casa Blanca repudió también la ejecución. «Estados Unidos condena firmemente las acciones de EI y pedimos la inmediata liberación de todos los rehenes restantes», dijo la vocera del Consejo de Seguridad Nacional, Bernadette Meehan, en un comunicado.
En el video divulgado por el órgano de propaganda de los jihadistas, Al-Furqan, Kenji aparece arrodillado vestido con un overol naranja, mientras un hombre encapuchado detrás de él culpa al gobierno japonés de su muerte.
El video termina con una foto del cuerpo tirado en el suelo, de espaldas, con la cabeza encima.
El paisaje que se ve de fondo muestra una colina y tierra cubierta por matorrales, una zona desértica algo distinta a la de videos anteriores. El video, de un minuto y 45 segundos de duración, fue publicado por la oficina de información de los extremistas en la que denominan provincia de Al-Jair, que corresponde a parte de la provincia siria de Deir al-Zur, ya que EI ha creado sus propias divisiones administrativas en su «califato», que abarca Siria e Irak.
El ejecutor de Kenji parece ser el hombre conocido como «Jihadi John», que habla con un marcado acento británico, y que ya fue el ejecutor de otros rehenes de EI.
Dirigiéndose al gobierno japonés, el hombre dice: «Ustedes, como sus estúpidos aliados de la coalición satánica, no han entendido aún que somos un califato islámico, con autoridad y poder por la gracia de Dios, un ejército entero sediento de su sangre».
Luego se dirige directamente al primer ministro Abe: «A causa de su insensata decisión de tomar parte en una guerra imposible de ganar, este cuchillo no solamente degollará a Kenji, sino que continuará causando matanzas allá donde se encuentre gente suya. Que empiece la pesadilla para Japón».
El gobierno de Abe consideraba como prioritaria la liberación de Goto, un corresponsal de guerra veterano capturado por los milicianos a fines de octubre cuando fue a Siria a buscar la liberación del japonés ejecutado la semana pasada.
Las amenazas de Estado Islámico de ejecutar a sus rehenes japoneses se dieron después de que Abe anunció 200 millones de dólares en asistencia no militar para los países que enfrentan al grupo islamista.
Su gobierno rechazó cualquier insinuación de que ésa había sido una medida apresurada e hizo hincapié en que sólo se trataba de ayuda humanitaria.
Tras la ejecución de Goto, resultaba incierta ayer la suerte del otro rehén en manos de EI, el piloto jordano Muaz al-Kasasbeh, sobre quien pesaba también una amenaza de ejecución.
En la semana se había difundido un video en el que aparecía Goto, y los jihadistas sostenían que el japonés sería liberado si Jordania entregaba a la atacante suicida iraquí Sajida al-Rishawi.
La repuesta del gobierno de Ammán fue que estaba dispuesto a liberarla, pero si recibía garantías de la seguridad del piloto jordano capturado después de que su avión se estrelló en el nordeste de Siria, en diciembre, durante una misión de bombardeo contra el grupo islamista.
Pero esa prueba de vida nunca llegó y la siguiente noticia de EI se conoció ayer con la decapitación de Goto.
Además de la muerte de los dos japoneses, EI reivindicó, desde mediados de agosto, la ejecución de cinco rehenes occidentales: los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff, el trabajador humanitario norteamericano Peter Kassig y otros dos cooperantes británicos, David Haines y Alan Henning, todos secuestrados en Siria.
EI MATÓ A OTROS DOS PERIODISTAS EN 2014
James Foley
Fue un fotoperiodista independiente que trabajaba en la guerra civil siria. Oriundo de Estados Unidos, Foley fue secuestrado en noviembre de 2012 y reapareció en los videos difundidos por Estado Islámico (EI) el año pasado. Fue decapitado por jihadistas el 18 de agosto último en Siria
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Steven Sotloff
El periodista norteamericano con ciudadanía israelí fue secuestrado en la ciudad de Aleppo, en 2013. Fue decapitado por militantes de EI en Irak el 2 de septiembre pasado luego de que los jihadistas advirtieran a Barack Obama sobre su accionar en Siria e Irak.
Agencias Reuters y AFP