Cómo se construyó la falsa denuncia contra Máximo
Un recorrido inverso, que comienza en la nota escrita por Daniel Santoro y termina en las supuestas fuentes que originaron la acusación contra Máximo Kirchner y Nilda Garré, revela el nulo respeto por los estándares periodísticos más básicos en los que incurrieron tanto el autor de la falsa denuncia como el diario Clarín.
Tal como publicó hoy el diario Página 12 y pudo constatar Télam, el primer punto para analizar son las inconsistencias del principal sustento en el que se apoya la «investigación» realizada por Santoro y reproducida en Brasil por la revista Veja, donde se habla de una cuenta bancaria cuyos cotitulares «serían» (sic) Máximo Kirchner y Nilda Garré, con un depósito inicial por más de 41 millones de dólares.
El banco en cuestión es el Felton Bank del estado de Delaware, en Estados Unidos, una entidad financiera que entre 2005 y 2010 (años en los que supuestamente existió la cuenta denunciada) nunca tuvo depósitos totales por más de 82 .000 dólares.
A partir de 2010, The Felton Bank dejó de operar con ese nombre y se fusionó con el CNB Bank.
Además, por tratarse de un banco muy pequeño (tenía depósitos por menos de 72.000 dólare en diciembre de 2010, es decir un 0,0009% del total de depósitos en bancos comerciales estadounidenses) es completamente desproporcionado que haya un depósito por el monto que menciona la denuncia en relación con el total de depósitos del banco a esa fecha, sobre todo si se lo que se pretendía ocultarlo.
Toda esta información se puede verificar en la página web de la Corporación Federal de Seguro de Depósito, una agencia independiente creada por el Congreso de EE.UU cuyos objetivos son garantizar los depósitos y examinar y supervisar a los bancos estadounidenses.
Por otra parte, Business and Service IBC, la empresa «fantasma» que Santoro señala como titular de las cuentas denunciadas, es un nombre genérico en inglés que a pesar de su amplitud, en ninguno de los 6884 resultados arrojados en la búsqueda de bases de datos en todo el mundo aparece como radicada en Belice.
Otro punto débil que pudo comprobar esta Agencia respecto del ataque de Clarín y Veja contra Máximo Kirchner está dado porque la misma asegura que en la cuenta «el hijo de la presidenta Cristina Kirchner se habría (sic) anotado con el pasaporte argentino 25869310 y la dirección de la calle Juncal 1409, primer piso», cosa que al igual que la existencia de la cuenta fue desmentida por el líder de La Cámpora, quien aseguró que siempre estuvo domiciliado legalmente en Río Gallegos y negó que esa propiedad haya sido alguna vez patrimonio de su familia.
Aquí Santoro tampoco se tomó el trabajo de realizar los chequeos más elementales de la información que estaba publicando: en Juncal 1409 hay una inmobiliaria de la conocida firma Toribio Achával, cosa que se puede verificar en persona o utilizando la aplicación Street Wiew de Google, e incluso en cualquier página web dedicada al rubro inmobiliario.
Cuesta creer que un periodista de la trayectoria de Daniel Santoro haya cometido una equivocación tan infantil, y más bien esta operación recuerda a una muy similar pergeñada el año pasado contra el presidente de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, a quien la legisladora Graciela Ocaña le adjudicó un departamento no declarado en Álvarez Thomas 3030.
Luego de que Recalde dijera que la denuncia era falsa, la Dirección General de Rentas del Gobierno porteño debió salir a aclarar que todo se debió a un «error de tipeo» en sus registros.
En esta oportunidad, lo que sucede es que arriba del mencionado local hay un edificio al cual se accede por la calle Uruguay 1306, dirección en la que sí vivieron los integrantes de la familia Kirchner durante sus estadías en Buenos Aires hasta 2003, pero en el quinto piso, no en el primero, información que es de público conocimiento porque se encuentra en todas las declaraciones juradas del ex presidente, quien incluso dio entrevistas a la prensa en la puerta de ese edificio durante sus épocas de gobernador santacruceño.
Todo esto no se trata de un error involuntario, sino de una información surgida del registro catastral del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde el departamento que Néstor y Cristina tenían en la Capital Federal figura con dirección de Juncal 1409-14011 (quinto piso).
Por último, en todo este escándalo periodístico ha sido notoria la circularidad informativa entre Veja, Clarín y Perfil. El domingo 29 de marzo, el diario Clarín publica la nota (firmada por Santoro) titulada “Afirman que Garré habría manejado dos cuentas en Irán”, citando a “dos fuentes independientes entre sí que conocen profundamente el sistema financiero internacional, documentos reunidos por este diario y el testimonio de un ex funcionario chavista que pidió que no se identificara su nombre”.
La nota de la Revista Veja, publicada el lunes 30 de marzo, toma la publicada por el diario Clarín el día anterior y dice: “Este domingo, día 29, el diario argentino Clarín publicó una nota afirmando que Nilda Garré mantiene cuentas en los Estados Unidos e Irán. Una de las cuentas citadas por el diario es del Felton Bank, con sede en el estado americano de Delaware, que llegó a tener 61,5 millones de dólares entre 2005 y 2010.
Es curioso que el diario Perfil, en su nota de ese mismo titulada “Acusan a Máximo de poseer cuentas con Garré en EE.UU y las Islas Caimán”, haga una traducción literal de la nota de Veja pero omita la línea básica, aclarada en la misma nota, acerca de que “no fue posible confirmar de manera independiente la titularidad de las cuentas”.
Un día después, el propio Santoro publica la nota “Máximo Kirchner sería cotitular junto a Garré en dos cuentas secretas”, en la que menciona que “según fuentes bancarias y documentos, ambos (Máximo y Garré) habrían controlado una cuenta en el banco Felton de EE.UU. con 61 millones de dólares y otra en el Morval Bank de las islas Caimán con 19 millones de dólares”. Y unas líneas más adelante dice: “La revista brasileña Veja afirmó que también estaría como cotitular la hija de Garré, María Paula Abal Medina.
Entonces: ¿Cómo es posible entonces que Santoro haya citado dos veces en dos días los mismos dos documentos y que en la primera oportunidad se olvidara de mencionar a Máximo Kirchner y en la segunda oportunidad siguiera hablando del manejo del Felton Bank, siendo que ya no existe?