El Vaticano confirmó el segundo milagro de Brochero y el cura quedó a un paso de ser santo
El Tribunal Eclesiástico de Roma confirmó un segundo milagro del cura de Traslasierra José Gabriel Brochero y, de esa manera, el beato comienza a transitar el camino a la canonización que podría concluir el próximo año o en 2017, durante la visita del Papa Francisco a la Argentina.
La comunidad de Villa Cura Brochero (150 kilómetros al oeste de la capital de Córdoba) recibió la noticia desde el Vaticano en vigía. Allí está el obispo de Cruz del Eje, Santiago Olivera, postulador de la causa. Una junta de siete médicos consideró un «milagro» la recuperación de una nena sanjuanina que, después de un infarto masivo en el hemisferio cerebral derecho, logró caminar nuevamente.
El primer milagro comprobado de Brochero -siguió el mismo proceso de investigación que el de la sanjuanina Camila Brusotti- fue el de Nicolás Flores. El chico, que hoy tiene 15 años, sufrió un accidente de tránsito cuando tenía 11 meses que le causó heridas graves. Los médicos, en ese entonces, pensaron que no saldría del estado vegetativo en que se encontraba.
En 2013, cuando ante 150 mil personas, Brochero fue declarado beato, Nicolás llevó en sus manos el relicario para la consagración. La expectativa por el segundo milagro del cura movilizó a la comunidad de toda Traslasierra. A pesar del frío, desde ayer esperó la decisión del Vaticano con rezos y cantos.
El Tribunal que investigó el caso de Camila fue constituido hace poco más de un año en San Juan. La nena fue golpeada por su madre y su padrastro, quienes están detenidos. Ella vive con su papá y, aunque todavía tiene inconvenientes de coordinación, logró una recuperación importante.
En enero el obispo cruzdelejeño Olivera se reunió con los integrantes de la Pontificia Congregación para las Causas de los Santos, en Roma, para presentar los avances de la causa. Después se encontró con Francisco, quien expresó su «vivo deseo» de una «pronta canonización» de Brochero.
Brochero siempre fue reconocido por su asistencia a los enfermos y moribundos. A comienzos de 1900 llegó a Traslasierra, donde trabajó por el desarrollo de la zona y la mejora de la calidad de vida de su gente.